Protegerse del calor, evitar la deshidratación, no descuidar la medicación y realizar ejercicio físico ayuda a cuidar el cerebro en verano, especialmente a aquellas personas que padecen algún tipo de enfermedad neurológica. Así lo han asegurado la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Fundación del Cerebro, quienes han elaborado un decálogo con el objetivo de que los pacientes, pero también la población en general, eviten los errores "más comunes" que se producen en esta época y, al mismo tiempo, pongan en práctica una serie de consejos que permitan cuidar su cerebro.

"Insomnio, sentir somnolencia al volante o experimentar dolor de cabeza son, tal vez, los problemas más habituales por exceso de calor. Además, la sensación de cansancio y fatiga que nos produce el calor no suele ser buena compañera de muchas patologías neurológicas. Personas que padezcan esclerosis múltiple o alguna enfermedad neuromuscular pueden ver aumentados sus síntomas", ha señalado el vocal de la SEN, Carlos Tejero.

Asimismo, el director de la Fundación del Cerebro, David A. Pérez, ha recordado que en adultos sanos una deshidratación superior al 2 por ciento del peso corporal hace que disminuya la concentración, el rendimiento físico, la memoria a corto plazo y, por el contrario, aumente el cansancio, el tiempo de respuesta y las cefaleas.

"En personas mayores estos síntomas se hacen aún más patentes. En este sentido, hay que tener especial cuidado con pacientes con demencias u otras enfermedades degenerativas porque pueden tener alterados los mecanismos de control de la sed", ha apostillado el experto.

Del mismo modo, los especialistas han recordado la importancia de que las personas con alguna enfermedad neurológica o que sufren migrañas, cefaleas o epilepsia estabilicen sus horarios de sueño y comida; respetar las tomas y horarios de la medicación durante todo el año; evitar los cambios bruscos de temperatura; y proteger la cabeza cuando se vayan a realizar actividades que dañar esta parte.

Por último, Tejero ha destacado la necesidad de cuidar la alimentación. "La dieta mediterránea es la que mejor le sienta a nuestro cerebro y, aunque en verano se tiende a realizar ciertos excesos, aumentar el consumo de alimentos ricos en agua, ya que aproximadamente el 20 por ciento del agua que ingerimos procede de los alimentos, nos ayudará a estar convenientemente hidratados", ha zanjado Tejero.