Los españoles "suspenden" en sus conocimientos sobre la diabetes, según una encuesta de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), que revela que más de la mitad de los ciudadanos cree que tener azúcar alto implica necesariamente ser diabético.

El estudio, realizado por la Universidad Complutense de Madrid y la consultora GAD3, otorga a los españoles una nota de 2 sobre 5 en su conocimiento sobre esta enfermedad que padecen cinco millones de personas en España, aunque se estima que hay otros dos millones que la tienen y no lo saben.

Se trata de la primera encuesta de estas características realizada en nuestro país por el Observatorio de la Diabetes y que se ha hecho pública este miércoles en rueda de prensa con motivo de la celebración este jueves del Día Mundial de la Diabetes, que este año repite lema: "Protejamos nuestro futuro".

El presidente de FEDE, Ángel Cabrera, ha aprovechado para pedir a los poderes públicos que tomen medidas "contundentes" contra esta enfermedad crónica, para mejorar la calidad de vida de los afectados y reducir así los costes sanitarios.

El "gran desconocimiento" de la enfermedad -más evidente en hombres que en mujeres- se pone de manifiesto en los estereotipos o prejuicios que se tienen sobre la enfermedad, considerada la epidemia del siglo XXI por su alta prevalencia.

La encuesta revela que la mayor parte de la población ignora datos "elementales" como qué hay que hacer cuando un diabético sufre en la calle un desmayo debido a una hipoglucemia.

"El ciudadano medio de a pie no sabe que con un simple azucarillo se puede solucionar el problema", ha señalado Javier Noya, profesor de la Universidad Complutense y responsable de estudios del Observatorio.

Según el estudio, casi un 40 por ciento de los encuestados cree que la diabetes es un problema que incapacita a los afectados para llevar una vida normal, ha explicado Noya.

Este sociólogo, padre de un niño diabético, ha señalado que se trata de "un error gravísimo", ya que un diabético bien tratado puede llevar una vida totalmente normal, por lo que ha incidido en la importancia de combatir este tipo de prejuicios.

"Conocemos presidentes de Gobierno y artistas de primer nivel que son diabéticos", ha dicho.

Casi un 20 por ciento confiesa que "le parece complicado convivir" con uno de estos pacientes, teniendo en cuenta que algunos diabéticos tienen que pincharse para medir la glucosa en sangre o ponerse insulina varias veces al día.

Esto significa, según el profesor Noya, que dos de cada diez españoles rechazaría casarse o tener una pareja diabética, un dato "alarmante" que debería ser del cero por ciento.

Alrededor de un 40 por ciento identifica la diabetes como una enfermedad aguda y no como un problema crónico, es decir, permanente, si bien sobrevaloran su gravedad al darle una puntuación similar al Alzheimer en este aspecto.

Aunque el 70 por ciento sabe que existen varios tipos de diabetes, dos de cada tres desconoce la diferencia y solo un 25 por ciento acierta al afirmar que radica en la capacidad del cuerpo para producir insulina; un 70 por ciento desconoce que ésta es una hormona.

A pesar de estos datos, la mayoría de los españoles (70 por ciento) se consideran informados sobre la enfermedad.

El presidente de FEDE ha incidido en los costes sanitarios derivados de la enfermedad, que se podrían reducir con las medidas que reclaman desde su federación, como la "urgente" puesta en marcha de campañas de concienciación y sensibilización por parte de los poderes públicos.

Cabrera ha recordado que según un reciente estudio realizado por la London School of Economics, el sistema sanitario público español gasta 3.015 euros por paciente diabético y año, frente a los 5.890 de Alemania, los 5.470 de Gran Bretaña o los 5.432 de Francia.

Pero, además, hay otros costes indirectos como los derivados del absentismo laboral, las jubilaciones anticipadas y el gasto social.

Y "lamentablemente" más costes en pérdida de salud y de vida: ceguera, fallo renal, neuropatía, amputaciones y muerte son algunas de las consecuencias de la diabetes.