La comida es el combustible del cuerpo, provoca que se mueva, y parece ser que también contribuye a que lo haga con más o menos optimismo. No es nuevo decir que los alimentos tienen un alto impacto en la conducta humana. Lo que sí es novedoso es la tendencia en la mesa basada en el consumo de productos que por lo visto, generan buenas vibraciones.

No es que de repente, tomar una naranja haga pasar de la tristeza a la alegría, ni resuelva los problemas diarios. Pero los científicos tienen claro que una dieta baja en de hierro, minerales o hidratos de carbono provoca decaimiento en el organismo.

Así que en la lista de esa búsqueda de la felicidad a través de la mesa no pueden faltar los cítricos, que además de prevenir resfriados, disminuyen los niveles de las hormonas del estrés en la sangre.

Dos vasos diarios de zumo de naranja reducen el nerviosismo e incluso el mal humor.

El plátano, rico en magnesio, rebaja los niveles de ansiedad y ayuda a conciliar el sueño. Las nueces son ricas en selenio, un elemento químico relacionado con el buen optimismo y la alegría.

Otra de las estrellas de la lista es el pan integral. Dicen los expertos que el aminoácido triptófano invita a la alegría y aumenta la concentración de serotonina, sustancia cerebral que levanta el ánimo. La carne roja aumenta la absorción de hierro y aparece en el listado junto al pavo, que ayuda a cargar las pilas.

El pavo es una fuente de proteínas con bajo contenido de grasa, rico en tirosina, el aminoácido que eleva la concentración de dopamina y noradrenalina dos hormonas que trabajan en el cerebro.

Tampoco podía faltar en la lista de alimentos felices el idolatrado chocolate, con su curiosa mezcla de efectos relajantes y estimulantes, a la vez.

El chile contiene una sustancia que se llama capsicina, que estimula las terminaciones nerviosas de la boca. A partir de su consumo, el cerebro segrega endorfinas que son la causa de un estado eufórico.

El agua tampoco puede faltar porque la deshidratación produce cansancio, que a la vez, disminuye el flujo sanguíneo. El café, sin caer en excesos, mantiene la mente despejada y frena la actividad de las hormonas que provocan el sueño.

La pasta es otro de los productos con marchamo de «alimento feliz». Disminuye la angustia porque sus hidratos de carbono ayudan a equilibrar el estado de ánimo. También proporciona altas dosis de energía y además, puede consumirse integral.

Y el bienestar psicológico también gana puntos con esas dulces galletas, que engordan, sí, por qué negarlo, en cambio, son, junto al chocolate, uno de los mejores antidepresivos para poner un buen final a un día cargado de malas noticias.

Los carbohidratos de las galletas aumentan la actividad de la serotonina, el neurotransmisor relacionado con el placer y el bienestar.