La Universidad de Kingston acaba de hacer público un estudio en el que se demuestra que hacer la cama de forma correcta puede ser un gesto muy perjudicial para la salud, ya que las sábanas y las colchas muy estiradas alargan la esperanza de vida de los ácaros y arácnidos que se acumulan entre la ropa de cama.

Al parecer, el ambiente húmedo, originado por el sudor y los espacios poco ventilados crean un "espacio viral" que los hace más fuerte. De tal manera, que las personas que duermen en espacios con ácaros pueden llegar a sufrir importantes problemas de asma o insomnio.

Según esta investigación, por lo tanto, las camas desechas favorecen la destrucción de los ácaros. Es conveniente además de no estirar las sábanas, abrir las ventanas para favorecer la ventilación y la entrada de sol, grandes enemigos de estos parásitos.