Un cigarro contiene más de 3.500 sustancias tóxicas para la salud como, por ejemplo, monóxido de carbono, acetona, naftalina, disolventes, amoniaco, un veneno "tan potente" como el arsénico, insecticida DDT, plomo o cadmio, según ha informado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

Además, contiene elementos radioactivos como polonio 210 y hasta 40 sustancias cancerígenas como por ejemplo, el alquitrán que al quemar se descompone en hidrocarburos policíclicos.

Por ello, los expertos de SEPAR han recordado a los fumadores que dejar el tabaco es la decisión "más saludable" que cualquier persona puede tomar en cualquier momento de su vida, entre otros motivos porque su consumo disminuye considerablemente la supervivencia.

"Los fumadores no son conscientes de que un cigarrillo es un producto diseñado para crear y mantener la adicción, la nicotina tiene una capacidad adictiva que supera cinco veces a la cocaína y su única finalidad es producir una falsa sensación de placer que engancha. Una adicción que además acaba matando a la mitad de sus consumidores habituales", ha explicado el coordinador del 'Año SEPAR 2015-2015 de la EPOC y el Tabaco', Juan Antonio Riesco.

Responsable del desarrollo de 25 enfermedades

Pero no sólo disminuye los años de vida, sino que el tabaco es el responsable de la aparición de 25 enfermedades tumorales, cardiovasculares y respiratorias crónicas. En concreto, se considera que es el responsable del 30 por ciento de las muertes por cáncer, del 20 por ciento de las producidas por enfermedades cardiovasculares y del 80 por ciento de las causadas por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

"Si nos centramos en las enfermedades respiratorias la estrecha relación entre tabaco enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) está demostrada y sabemos que una de cada cuatro personas fumadoras padecerá EPOC. También sabemos que los fumadores tienen hasta cinco veces más riesgo de padecer neumonías que los no fumadores en la población general sana", ha analizado Riesco.

Dicho esto, el especialista ha reconocido la dificultad que tiene dejar de fumar aunque ha asegurado que con esfuerzo, tiempo, voluntad y apoyo familiar y de profesionales expertos "es posible" abandonar este hábito.

"La importancia de acudir a programas especializados radica en la personalización y seguimiento del tratamiento para dejar de fumar, pues no todas las personas tienen el mimos grado de dependencia a la nicotina ni la metabolizan de la mismo modo. En los programas de deshabituación tabáquica encontrarán profesionales que les asesorarán, les apoyarán y, si es necesario, le indicarán el tratamiento farmacológico adecuado", ha zanjado.