Cuarenta y ocho niños se encuentran a la espera del trasplante de un órgano en España que les dé esperanzas para conseguir llevar una vida normal en unos casos y de sobrevivir en otros, según los últimos datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

La mayoría de estos menores de 15 años está a la espera de un trasplante hepático, veintitrés en total, y de éstos, cinco son multiorgánicos, es decir, necesitan también otro órgano, tal y como indican las cifras de la ONT a las que ha tenido acceso Efe en el Día Nacional del Trasplante, que se celebra hoy.

Los receptores renales son los siguientes en espera más numerosos al sumar catorce, seguidos de los pequeños que necesitan un corazón, que ascienden a ocho, y los que precisan un pulmón, que son tres, cifras que, en comparación con años atrás, se han reducido mucho, tal y como explica a Efe el director de la ONT, Rafael Matesanz.

En España las cifras de trasplantes son altísimas en todos los grupos de edad -el pasado año se alcanzaron los 4.769 trasplantes, con trece intervenciones diarias-, también en los pacientes pediátricos, recuerda Matesanz.

Destaca que España "se encuentra a la cabeza" en cuanto al número de trasplantes infantiles y califica de "espectacular" el caso de los renales, ya que la cifra media de menores en espera para este tipo de intervenciones solía rondar hace años los cincuenta, en tanto que este año se ha reducido a catorce, un número "anormalmente bajo".

La mayoría de estos menores que esperan un riñón ha rechazado al menos uno antes, señala el director de la ONT.

En cuanto al trasplante hepático en niños, se realizan una media anual de entre 55 y 60, lo que quiere decir, en palabras de Matesanz, que se da "tres veces la vuelta a la lista de espera", que se encuentra en veintitrés niños, que suelen esperar de media unos cuatro o cinco meses para recibir el órgano, un tiempo aproximado al de los adultos.

España suele hacer alrededor de entre veinte y veinticinco trasplantes pediátricos de corazón al año, cuando la lista de espera se sitúa en ocho, por lo que todos ellos recibirán previsiblemente un órgano este año, y en lo que se refiere al de pulmón es algo más complicado encontrar donante.

"En el caso del trasplante de hígado puede bastar con un fragmento hepático de un donante joven o de los padres del niño, en el corazón tiene que haber correspondencia de tamaño muy estrecha con el receptor y, en el caso del pulmón, aunque existe la posibilidad de trasplantar, también se puede trasplantar un lóbulo solo pero la operación es muy compleja", resalta Matesanz.

El más complicado de todos, prosigue el director de la ONT, es el multiorgánico, son intervenciones que sólo realiza el hospital madrileño de La Paz y "tienen que ser completamente a la medida".

Los últimos datos indican que de los veintitrés niños que están en lista de espera para un trasplante hepático, cinco también lo necesitan de otro órgano, como estómago, intestino, páncreas o incluso riñón.

"Encontrar el donante es casi como encontrar una aguja en un pajar, aún así el año pasado realizamos nueve y en lo que va de año hemos hecho tres", resalta Matesanz.

En general, prosigue el experto, la supervivencia de los pacientes pediátricos tras recibir el trasplante de un órgano "suele ser bastante superior a la de los adultos porque su organismo lo acepta bastante bien".

"Con estas cifras se puede ser optimista", manifiesta el director de la ONT.