¿Cuántas veces has decidido no comerte algo porque no sabías cómo deshacerte de las calorías que ibas a ingerir? Existen pequeños pecados alimenticios que nos llevan a tener remordimientos, pero ¿qué pasaría si supieras que haciendo un tipo de ejercicio durante un tiempo determinado puedes eliminar las calorías que has ingerido?

Imagina: un donuts, 30 minutos de bicicleta; una bolsa de patatas, correr 40 minutos; unas pipas, un paseo de 50 minutos; un refresco, 30 minutos caminando o una lata de sardinas, 40 minutos corriendo, todos son productos que, quizá, más pronto que tarde podrían venir con instrucciones, ya que una experta plantean etiquetar los alimentos con información sobre el ejercicio a realizar para quemar sus calorías con el objetivo de reducir las tasas de obesidad.

En un artículo, publicado en 'The BMJ', la doctora Shirley Cramer, presidenta ejecutiva de la 'Royal Society of Public Health', en Reino Unido, sostiene que los alimentos podrían etiquetarse con información sobre el ejercicio equivalente a realizar para gastar sus calorías con el fin de ayudar a las personas a cambiar su comportamiento.

Esta experta considera que dar a los consumidores la posibilidad de asociar inmediatamente el contenido energético de los alimentos a la actividad física puede ayudar a reducir la obesidad.

Cramer explica que con más de dos tercios de la población de Reino Unido con sobrepeso u obesidad se necesitan "desesperadamente iniciativas innovadoras para cambiar el comportamiento a nivel de la población". Sin embargo, poca evidencia indica que la información actual sobre los envases de alimentos y las bebidas, incluyendo el etiquetado semáforo --con códigos de colores de rojo a verde según la cantidad de calorías--, cambia realmente el comportamiento.

Por lo tanto, la 'Royal Society of Public Health' ha pedido introducir en el etiquetado de calorías la "actividad equivalente". Los símbolos podrían mostrar los minutos de varias actividades físicas diferentes que serían equivalentes en calorías gastadas a las calorías del producto. "El objetivo es hacer que la gente sea más consciente de la energía que consumen y cómo estas calorías se relacionan con las actividades en su vida cotidiana y animarles a ser más activos físicamente", dice Cramer.

Una solución a un problema "de múltiples facetas"

Una encuesta demostró que casi la mitad (44 por ciento) de la población cree que la actual información de los paquetes de alimentos es confusa. Y más de la mitad (53 por ciento) considera que cambiaría positivamente su comportamiento como resultado de ver información sobre el equivalente en actividad de las calorías, como la elección de productos más saludables, comer porciones más pequeñas o hacer más ejercicio físico, todo lo cual podría ayudar a reducir la obesidad.

Por ejemplo, una persona de edad media y peso medio necesitaría 26 minutos para quemar las calorías de una lata de bebida gaseosa. "Dada su simplicidad, incluir en el etiquetado la actividad equivalente a las calorías ofrece una referencia reconocible y accesible a todo el mundo", subraya Cramer.

Esta experta cree que colocar la información en los envases de alimentos y bebidas para promover un estilo de vida activo "podría ser una solución lógica a un problema de múltiples facetas y los beneficios de ser activo van mucho más allá de mantener un peso saludable".

También señala que los mensajes sobre la importancia de una alimentación sana y variada deben continuar y pone sobre la mesa que algunos han planteado preocupaciones acerca de las posibles consecuencias negativas para las personas con trastornos de la alimentación. Por último, señala que el envasado de alimentos se rige por la legislación europea y que "el cambio fundamental del envasado alberga poco interés entre los funcionarios de la Unión Europea y los fabricantes de alimentos".

Sin embargo, considera que se requiere una investigación detallada para explorar los efectos potenciales de incluir la actividad en el etiquetado en las opciones de consumo, incluyendo los daños potenciales. Si se demuestra que es un medio eficaz para influir en las decisiones de los consumidores, esos expertos pedirían "a los legisladores y la industria que lo ponga en práctica para reducir la obesidad en Reino Unido".