Si eres fumador y llevas más de 10 años en ello, tu piel lo está sufriendo. El consumo de tabaco acelera el envejecimiento hasta el punto de que el desgaste de la piel se acelera dos años y medio, según informa la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).

Esto se produce como consecuencia de que al fumar disminuye la circulación sanguínea en todos los tejidos e influye en la elasticidad y el aspecto de la piel. Además, esta se presenta más seca y pierde capacidad de recuperación con quemaduras del sol.

Algunos expertos defienden que dermatólogos y profesionales de la medicina estética deben tener conocimientos para poder abordar y tratar el tabaquismo de forma que ayuden a sus clientes a abandonar esta adicción, cuando produce problemas en la estética de una persona.