En el primer estudio humano de su tipo, investigadores de la Universidad de Surrey, en Reino Unido, examinaron el impacto de alterar los tiempos de las comidas sobre los ritmos circadianos de diez voluntarios. Los hallazgos, que se detallan en un artículo publicado este jueves en la revista 'Current Biology', podrían suponer un avance en el alivio de los síntomas del jet lag y el trabajo por turnos.

Durante este innovador estudio, el doctor Jonathan Johnston y la doctora Sophie Wehrens, de la Universidad de Surrey, descubrieron que atrasar los tiempos de comida retrasa el ritmo circadiano del azúcar en la sangre. Los ritmos circadianos son cambios aproximados de 24 horas gobernados por los relojes internos del cuerpo y los cuales determinan muchos procesos fisiológicos en el cuerpo.

Los voluntarios recibieron tres comidas: desayuno, almuerzo y cena. En la primera fase del estudio, la primera comida se proporcionó 30 minutos después de despertar, con las comidas posteriores en intervalos subsiguientes de cinco horas, mientras que, en la segunda fase, cada comida se retrasó cinco horas después de despertar. Inmediatamente después de cada fase, se tomaron muestras secuenciales de sangre y biopsias de grasa de cada voluntario en condiciones de laboratorio especializadas que permiten medir los ritmos circadianos internos.

Los científicos descubrieron que posponer los tiempos de comida cinco horas retrasó los ritmos de azúcar en la sangre en el mismo marco de tiempo, un descubrimiento que demuestra que las comidas sincronizan los relojes internos que controlan los ritmos de concentración de azúcar en la sangre. Los autores indican que las personas que luchan con trastornos del ritmo circadiano, como trabajadores por turnos y viajeros de larga distancia, podrían considerar cronometrar el momento de las comidas para ayudar a resincronizar sus relojes corporales.

Sorprendentemente, los investigadores detectaron que el retraso en las comidas no afectó a los niveles de insulina o triglicéridos (grasa) en la sangre, lo que indica que los ritmos de glucosa en sangre pueden ser gobernados por relojes circadianos separados a estos otros aspectos clave del ritmo del metabolismo.

El investigador principal del estudio, Jonathan Johnston, de la Universidad de Surrey, destaca: "Se ha demostrado que el jet lag regular y el trabajo por turnos tienen efectos adversos en el cuerpo, incluyendo alteraciones metabólicas. Cambiar los tiempos de las comidas puede restablecer los relojes corporales que regulan el metabolismo del azúcar sin uso de fármacos. Esto nos ayudará a diseñar regímenes de alimentación para reducir el riesgo de desarrollar problemas de salud como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares en personas con ritmos circadianos alterados".