¿Tu líbido disminuye dependiendo de la temporada? ¿Se te presenta una ocasión para practicar sexo y no te apetece o te da pereza? No te preocupes, todos tenemos días en los que el trabajo, el estrés o el cansancio nos merman las fuerzas y nos quitan el deseo sexual. No obstante, cuando esta desgana se repite con mucha frecuencia, es el momento de actuar para conocer cuál es el origen del problema.

La forma más común de falta de deseo sexual se denomina 'deseo sexual hipoactivo' y responde a la ausencia de ganas y a la inexistencia de fantasías sexuales. Se trata de un trastorno al que se debe prestar mucha atención ya que no desaparece con el tiempo y es fundamental determinar qué lo está provocando.

La ausencia de deseo sexual puede estar causado por los enfados en la pareja o las mentiras. Pero también puede estar relacionado con causas físicas, estilo de vida o condiciones médicas. Te mostramos los cinco motivos que pueden estar detrás de la falta de deseo sexual.

Estrés

El ritmo frenético del día a día hace que gran parte de la población viva sometida al estrés. Queremos hacerlo todo, llegar a todo, cumplir con todo y con todos, pero lo cierto es que el día solo tiene 24 horas y no podemos dividirnos. El estrés y la ansiedad que éste conlleva pueden minar las ganas de tener sexo, por ello es imprescindible reducir la velocidad y buscar una hora al día para uno mismo. Realizar alguna actividad que satisfaga: pasear, hacer ejercicio, leer, coser, meditar, hacer yoga, nadar... Recuperar el espacio personal puede que sea clave para recuperar el apetito sexual.

Depresión

Uno de los síntomas más comunes en la depresión es la disminución o falta de deseo sexual, que a su vez, aumenta todavía más la tristeza de la persona. No obstante, a veces el tratamiento médico que se prescribe para la depresión puede contribuir a disminuir las ganas de sexo debido a que muchos antidepresivos tienen efectos secundarios como la pérdida de la líbido.

Algunos medicamentos

Siguiendo con el hilo anterior, algunos medicamentos que se utilizan para curar algunas enfermedades o molestias tienen como efectos secundarios la disminución del apetito sexual. Por ejemplo, los antidepresivos, los medicamentos contra la hipertensión o la píldora anticonceptiva pueden intervenir en el deseo sexual ya que alteran el equilibrio entre las hormonas y los neurotransmisores.

En el caso de estar sometido a un tratamiento y notar la ausencia de deseo sexual, es importante consultar con el especialista para saber si puede estar relacionado, y si es así, el facultativo puede buscar una alternativa en el tratamiento médico.

Menopausia

Cuando la mujer llega a este nuevo período de su vida en el que deja de ovular son muchos los cambios, no sólo físicos sino también hormonales y emocionales, que le invaden. Los niveles más bajos de testosterona pueden provocar directamente la desaparición repentina o gradual de la líbido. A veces, los síntomas de la menopausia son tratados a base de estrógeno y progesterona que pueden empeorar el desinterés sexual porque el estrógeno hace que aumente una proteína en la sangre que se adhiere a la testosterona y reduce aún más sus niveles en el organismo.

La distimia

La distimia se trata de un trastorno afectivo de carácter depresivo crónico, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple todos los patrones diagnósticos de la depresión. Se cree que su origen es de tipo genético-hereditario y que en su desarrollo influirían factores psicosociales como el desarraigo o la falta de estímulos y premios en la infancia, entre otras causas.

Esta situación puede llevar a intentar evitar actividades sociales con las que antes se disfrutaba o rehusar encuentros íntimos con la pareja.

Aunque estas puedan ser las causas más comunes en la falta de interés de una persona hacia el sexo, pueden existir otras muchas circunstancias personales, ambientales o temporales que también desprovean de líbido a una persona. Es muy importante analizarlo, consultarlo e intentar poner una solución ya que vivir una sexualidad saludable nos permite disfrutar de una vida plena.