Ya estamos estrenando 2018 y, tan tradicionales como el turrón o los mazapanes, son los propósitos de Año Nuevo. Si entre tus propósitos está el de ser más feliz (¡espero que sí!), seguro que te interesa leer este artículo.¿Has oído hablar del Shinrin-Yoku?

Quizá el nombre no te suene pero sí la nueva moda de abrazar a un árbol para sentirse mejor. ¿Qué hay de científico en eso? En abrazar un árbol, no mucho, la verdad (y encima, te puedes poner perdido de resina). Pero en ir al bosque a dar un paseo, sí. Y mucho.

Numerosas investigaciones científicas han demostrado que en las maderas de los árboles hay un aceite esencial, que, en contacto con el aire, se esparce y entra en nuestro organismo a través del olfato. En ese aceite, se encuentran las fitoncidas (las más importantes son el alpha-pinene y el limonene), que aumentan nuestras células NK (Natural Killers). Las células NK son las que se encargan de combatir a las células cancerígenas o precancerígenas, mantienen a raya las bacterias y son una barrera para los virus.

Es decir, cuantas más células NK tengamos, mejor estará nuestro sistema inmunológico, incluida la lucha contra el cáncer que libramos cada día. Teniendo en cuenta que a partir de los 40 años tenemos entre 10 y 20 intentos diarios de cáncer, éste es un dato a tener en cuenta.

Un paseo de un par de horas por zona boscosa (bosques o jardines urbanos) hace que nuestros niveles de NK se mantengan más elevados durante 3 a 4 semanas (en los hombres permanecen más tiempo que en las mujeres, aún no se sabe porqué).

Además, también se ha demostrado que nuestros niveles de cortisol, adrenalina y noradrelina (hormonas relacionadas con el estrés, la ansiedad y la depresión) disminuyen. Está demostrado que el estrés inhibe la función inmunitaria. Los baños de bosque bajan la activación del sistema simpático (que se activa con el estrés), y activan la función del sistema nervioso parasimpático (que busca el equilibro del cuerpo).

La conclusión de toda esta explicación es que los paseos por el bosque (o jardines urbanos) mejoran sustancialmente nuestro sistema inmunológico y reducen el estrés.

Así que te propongo que, entre tus propósitos de Año Nuevo, incluyas el de dar al menos un paseo por el bosque cada mes durante un par de horas.

Artículo escrito a partir de la conferencia del Dr. Raúl Espert, dentro del Experto Universitario en Neurofelicidad de la Universidad de Valencia.

Alguna bibliografía:

Lee, J. et al. (2011). Effect of forest bathing on physiological and psychological responses in young Japanese male subjects. Public Health, 125, 93-100

Li, Q. et al (2009). Effect of phytoncide from trees on human natural killer cell function. Int. J. Inmunopathol. Pharmacol., 22, 951-959