Ha traído al mundo a miles de niños y se ha enfrentado a los partos más complicados. Pese a que no queda lejos su edad de jubilación, la dedicación e implicación de Alfredo Millá siguen intactas y recientemente ha recogido en una publicación todos los partos atendidos en el Hospital General de Elche desde que abrió en el año 1978.

Uno de sus últimos trabajos ha sido el de hacer un registro con todos los nacimientos de su hospital desde que se abrió en 1978. ¿Cuáles son las principales conclusiones a las que ha llegado al observar este registro?

La principal es que la evolución de los embarazos, los nacimientos y de los partos está muy correlacionada con factores socioeconómicos. Se notó con la crisis económica que hubo entre los años 1992 y 1995 y con la actual, ya que la natalidad desde el año 2008 no ha dejado de caer. También se han producido repuntes en los años de mayor inmigración o con medias como la implantación del cheque bebé, que también se notó en un aumento de la natalidad. Por otro lado, se pone de manifiesto que actualmente se planifican más los partos y la edad de la maternidad se retrasa. Los dos miembros de la pareja trabajan, quieren tener su casa... ya no se tienen tantos hijos como antes. La recopilación de estos datos es un trabajo muy interesante, que prácticamente sólo se ha hecho en este hospital.

Los partos gemelares se han disparado en toda España en los últimos 15 años, ¿por qué?

Sobre todo por el auge de las técnicas de reproducción asistida y la gran cantidad de clínicas que han abierto en los últimos años. Los partos de trillizos también aumentaron, pero a partir de 2004 su número se estabiliza tras una ley que prohíbe que se implanten más de dos embriones en cada ciclo de reproducción asistida.

Tampoco las cesáreas se quedan atrás.

Así es. A partir de 2011 la tendencia en este sentido ha sido creciente. La Organización Mundial de la Salud recomienda que no se practiquen más de un 15% de cesáreas y en nuestro hospital, por ejemplo, la tasa es del 23,32 %. Sin embargo, en nuestras cifras influye mucho la apertura del Hospital del Vinalopó, desde donde nos remiten todos los partos complicados. También ha influido que antes los partos de nalgas se asistían por vía vaginal y desde 2000 se empezó a recomendar que se hicieran por cesárea. Ahora se está intentando revertir esta situación, pero es complicado. Hace falta mucha información.

Miedo de los médicos, comodidad de las madres, ¿qué puede justificar que hoy nazcan tantos niños a través de esta técnica?

Es un poco de todo. Los médicos tienen más temor a las denuncias. En mi opinión, salvo raros casos en los que de verdad ha existido una mala praxis, la mayoría de las demandas no están justificadas, pero entiendo que siempre se tiene que buscar un culpable aunque a veces no esté justificado. La gente tiene que saber que surgen problemas cuando menos te lo esperas y lo que el médico sufre cuando hay complicaciones, independientemente de que las provoques tú en un parto o en una operación.

¿Comparte la opinión de que hay que humanizar los partos dándole un mayor protagonismo a la mujer?

Los médicos debemos tener en cuenta la autonomía de la mujer. A veces la futura madre no quiere parir por vía vaginal y pide una cesárea y tú, como médico, no te puedes imponer. Tiene que haber una predisposición de la mujer y no puedes actuar en contra de lo que ella diga. Si ella viene con una predisposición a que le hagas una cesárea, no puedes empeñarte en lo contrario. Las cosas hay que cambiarlas, pero desde la base. Está claro que los partos no pueden ser a la carta, pero a la mujer siempre hay que escucharla y ver qué hay detrás. Los médicos estamos muy condicionados por la presión que existe, pero a veces nos olvidamos del contacto estrecho con las parturientas.

¿Qué opina de la jubilación forzosa a los 65 años?

Pues es como en todo. Hay profesionales que deberían haberse jubilado hace años y quien podría estar trabajando sin problema más allá de los 70 años.

¿Cree que a los médicos más veteranos se les tiene en cuenta?

En mi caso creo que sí, pero es cierto que hay algunos médicos más implicados que otros. El problema de los hospitales públicos es que todos los médicos cobramos lo mismo, hagas más o hagas menos.