Los celos son una emoción, un sentimiento, no diferente al que sienten los adultos. En los niños es una reacción natural ante el nacimiento de un hermano o hermana. El niño siente que hasta el momento toda la atención y cuidados estaban centrados en él pero en ahora su percepción es que todo eso lo ha perdido.

Según explica a Infosalus Juan Manuel Ortigosa, autor de 'Los celos. Mucho más que un cuento' (Colección psicocuentos, Pirámide, 2016), el niño lucha por recuperar el amor ‘perdido’ y debido a su capacidad cognitiva en desarrollo le cuesta volver al equilibrio, aceptar y aprender a vivir en esa nueva situación.

"En general es una reacción que se presenta en alrededor de un 90 por ciento de los niños por lo que es esperable y hay que aceptarlo y aprender a manejarlo porque para el niño es un momento para aprender a compartir y relacionarse. Los padres no deben alarmarse sino ser conscientes de que los celos cumplen una función en un periodo de adaptación del niño", comenta el autor, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Murcia.

Según señala Ortigosa, en esta etapa en términos generales los niños se pueden mostrar más retraídos, buscan más llamar la atención, pueden presentar conductas de fastidio y más agresivas, también conductas de apego por miedo a la separación o problemas en la alimentación y el sueño. "Estos síntomas se podrían comparar con los de la depresión en los adultos pero los niños lo manifiestan de otra manera con más síntomas conductuales", comenta el autor.

¿Cómo amortiguar la llegada del hermano y los celos?

¿Cómo amortiguar la llegada del hermano y los celos?

Es lógico que los celos se presenten y se manifiesten, ya que se trata de una emoción que el niño tiene que expresar y hay que fomentar que esto ocurra.

Entre los aspectos que ayudarán a que la manifestación de estos celos sea más leve o que el periodo adaptativo sea más breve están hacerles partícipes de la llegada del nuevo hermano; si se producen cambios en el ambiente del niño que éstos se hagan lo antes posible para que pueda adaptarse a ellos con tiempo; leerle cuentos sobre la llegada del hermano que le acerquen las cosas positivas que le aportará; cuidar la terminología y hablarle de su hermano como tal.

"El objetivo de los padres debe ser que el niño aprenda a convivir en familia y a ser hermano, compartir un espacio físico pero más importante que aprenda a compartir el cariño emocional y que esto no se convierta en una lucha", indica Ortigosa.

Las herramientas para ello son variadas, en un principio hay que favorecer la expresión emocional y transmitir que se comprende y se comparte el sufrimiento del niño. En segundo lugar, en el caso de conductas de fastidio hay que intentar no hacer caso al niño pero sin dejar de prestarle una atención vigilante que no incremente la conducta, así, hay que obviar las conductas negativas y compensarlas con situaciones positivas que implican cuidar del hermanito, juegos compartidos y reforzar en el niño las situaciones de cuidado. En último lugar hay que evitar las comparaciones.

La rivalidad, algo natural entre hermanos

La rivalidad, algo natural entre hermanos

En los celos el niño siente que pierde algo que consideraba suyo mientras que en la rivalidad se rivaliza por conseguir algo, es algo normal en la convivencia, no tiene connotaciones negativas porque puede verse como una forma de superación y tener en cuenta que competir no está mal, solo la forma que toma puede no ser la adecuada. Los celos pueden desaparecer pero la rivalidad puede mantenerse entre los hermanos de forma natural cuando ambos quieren algo.

El autor comenta que se debe trabajar en conductas evolutivas de cuidados que ya están en el niño y la situación y que hay que reforzar, utilizar mucho el juego para construir la relación entre los hermanos. Éstos tienen que aprender a guardar turno y a llevar los premios conjuntamente. Hay que realizar actividades en familia para crear el vínculo de forma cotidiana, aprender a participar, ayudarle a dar de comer a su hermano, y hacerle que también se sienta importante.

Errores comunes en los padres

Errores comunes en los padres

El más común de los errores en los padres es inhibir o no dar importancia a la emoción pensando que va a desaparecer. "Si termina dándole un pellizco al hermano, lo mejor es sentarse con él y que te explique el disgusto que tiene", señala Ortigosa como un medio para conectar con el niño.

Tampoco hay que comparar ni pasar por el intento de que todo sea igual para los dos porque el niño celoso nunca está satisfecho, siempre va a percibir que algo está de menos para él. No hay que reforzar las conductas de agresión ni fastidio porque son llamadas de atención para los padres, el niño debe recibir atención cuando cuida del hermano y no cuando se presente una rabieta.

En cada título de la colección psicocuentos una breve guía para los padres con pautas de actuación acompaña a un cuento que acerca a padres e hijos al tema en cuestión. Aurora Gavino, autora de gran parte de los cuentos, y Francisco Xavier Méndez dirigen la colección para la editorial Pirámide.