El revuelo causado por los polémicos 'ticks' azules de WhatsApp, que indican si nuestros mensajes han sido leídos, nos lleva a analizar cómo empezó esta aplicación y cómo ha ido evolucionando hasta convertirse en una herramienta imprescindible de comunicación que ha condenado al ostracismo a los SMS.

La historia de WhatsApp comenzó de forma casi rocambolesca. Su fundador, Jan Koum, es un ucraniano que emigró con su madre a California a principios de los años 90 para huir de la presión antisemita en la antigua república soviética. El joven Koum aprendió informática a través de los libros que alquilaba en una librería, lo que le sirvió para ingresar en la Universidad de San José.

En 1997, y sin acabar aún los estudios, consiguió trabajo en Yahoo, donde conoció a Brian Acton, quien posteriormente se convertiría en cofundador de WhatsApp. La idea de la aplicación surgió en 2009, después de que Koum comprara un iPhone y se diera cuenta del gran potencial que albergaban las 'apps'.

Koum se planteó WhatsApp -un juego de palabras de la frase What's Up (¿Qué pasa?)- como una herramienta asociada a los contactos de la agenda telefónica para indicar la situación del usuario (estoy en casa, voy al cine,...).

Poco después, se dio cuenta de que la gente utilizaba WhatsApp para intercambiar mensajes de forma gratuita mediante las notificaciones 'push' de iOS. De este modo podían prescindir de los SMS y del gasto que estos originaban.

Hasta los 600 millones de usuarios

Así las cosas, decidió lanzar una versión centrada en la mensajería instantánea en lugar de en los estados, lo que disparó el número de usuarios y fue el germen de la expansión de la herramienta, hasta alcanzar los más de 600 millones de usuarios que hay actualmente en el mundo.

Pronto, gracias al boca a boca, usuarios de otros terminales empezaron a reclamar también la aplicación, con lo que Koum solicitó la ayuda de su viejo amigo Acton para poner en marcha un negocio y desarrollar versiones de WhatsApp para diferentes sistemas operativos.

Aunque empezó siendo gratuita, la necesidad de cubrir costes y lograr beneficios sin necesidad de recurrir a la publicidad (tanto Koum como Acton consideran que la inserción de anuncios podría arruinar su gallina de los huevos de oro) hizo que se convirtiera en una aplicación de pago a un precio anual razonable.

Entre las novedades más llamativas que ha introducido WhatsApp en los últimos tiempos, destaca la opción de envío de mensajes de voz mediante un botón específico en la barra de escritura. Además de los 'ticks' azules, recientemente ha habilitado la posibilidad de realizar fotos y enviarlas de forma instantánea, permitiendo insertar un mensaje en las imágenes.

Todo ello ha contribuido al éxito masivo de WhastApp, que, pese a la feroz competencia de otros sistemas de mensajería similares como Line o Telegram o algunas aplicaciones complementarias, se mantiene como la 'app' de este tipo más utilizada. Así se explica que Facebook decidiera desembolsar la escalofriante cifra de 13.800 millones de euros para adquirir 'el sueño americano de Jan Koum' por la escalofriante cifra de 13.800 millones de euros.