Cuestión de dignidad, por su padre fallecido que no pudo ver que fue absuelto del caso Faycán, y porque cree que puede aportar a Telde su capacidad de diálogo y trabajo con su proyecto centrista. Francisco Valido Sánchez, líder del Grupo Centrista Canario (GCC) afirma que trae propuestas realizables, no proyectos de marketing que se incumplen, al tiempo que promete un trabajo serio, de calle y de despacho, "porque me duele ver a mi ciudad como está, abandonada, sin peso en el Archipiélago, sin ocio, sucia y con malos servicios municipales".

Valido presentó anoche su candidatura, doce años después, para optar a la Alcaldía, cargo que ocupó entre 2003 y 2006, en el convulso caso Faycán. Y lo hace en el partido que fundó en 2002 fruto de una crisis interna en Coalición Canaria, cuando en esta confluían ICAN y CCN, que presidía entonces.

Después de estar en el Partido Popular (PP), al que llegó de manos de José Manuel Soria, "quien me pidió que aparcara mi partido -íbamos en principio en alianza electoral- para no confundir a los votantes", vuelve a la actividad política con un proyecto de centro, "de patear la calle para escuchar a los vecinos, de buscar soluciones reales y no proyectos irreales, que la ciudadanía sepa que nos duele Telde". Defiende su gestión como alcalde y recuerda avances laborales y salariales con los funcionarios o la salvación de la centenaria Banda de Música.

Alega que "he vuelto a la política por varias razones, aunque mi mujer me dice que qué necesidad tengo yo de esto y le digo que es una cuestión de dignidad y porque hay tres cosas que me obligan. Una, por mi padre, que se fue con la gran tristeza de que a su hijo le acusaran de algo que nunca hizo y ahí está la sentencia que lo prueba; tengo un proyecto centrista que puede volver a ser de Telde una ciudad importante en Canarias y porque las personas cometemos errores y creo que hay que corregirlos".

Valido afirma que ante el buen recibimiento del Grupo Centrista Canario "me estoy creyendo que puedo ser el próximo alcalde de Telde" y no pone obstáculos para negociar con el resto de fuerzas políticas, sin excepción.