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El panadero que amasa palabras

Manuel Díaz es gerente de una panadería en Juncalillo y escritor en sus ratos libres l Ha presentado su cuarto libro, 'Nostalgia del olvido'

Manuel Díaz García con varios ejemplares de 'Nostalgia del olvido' en el Círculo Cultural de Telde. josé pérez curbelo

"Es my difícil vivir de la literatura", sostiene Manuel Díaz, que si bien ha amasado la harina durante toda su vida para hacer pan, también ha amasado muchas veces las palabras para construir poesías. Es gerente de una conocida panadería de Juncalillo, pero en sus momentos más creativos se dedica a escribir y ya son cuatro los libros que ha publicado.

"No es con lo que me gano la vida, pero es mucho más que un hobby: es mi pasión y sin esto no podría ser la misma persona", explica con energía. Siempre de un lado para otro, haciendo frente a sus responsabilidades diarias pero con la mente puesta en la literatura. Y es que el pasado viernes presentó en el Círculo Cultural de Telde su nuevo proyecto literario, 'Nostalgia de un olvido'. "Tengo que agradecer a mucha gente de Telde; a todos los miembros del Círculo Cultural de Telde y a la escritora Pino Monzón, por todo su apoyo", explica Díaz.

Por otro lado, añade que su nueva obra "es un conjunto de más de cien poemas, en donde hago una reflexión a raíz de la muerte de un conocido" y admite que esa experiencia le indujo a pensar en la totalidad de un sentimiento: la tristeza.

"La gente que lo ha leído me ha dicho que es muy dificíl de abordar, son versos muy dolorosos pero que enganchan porque reflejan una emoción universal y mucha gente se puede sentir identificada", sostiene el poeta. "Cuento la historia del ser humano, y es bonito porque algunos de los versos más intimos han transmitido muchísimo; también me han agradecido que toque la identidad canaria, ya que tengo algunos versos en la lengua antigua de los canarii (la tribu que habitó Gran Canaria), explica con emoción. Asimismo admite que busca homenajear a la poesía de todos los tiempos.

"En esta nueva obra juego mucho con las imágenes: utilizo simbolismo griego y laticismo, me invento nuevo vocabulario y dibujo caligramas... Es un choque absoluto con todo lo que he hecho anteriormente, muy refrescante", confieza el escritor, que añade que hace uso de muchos estilos. "Sobre todo el romanticismo está implícito en toda la obra, por el sentimiento de nostalgia que sigue a todos los versos".

Díaz, que aprendió el oficio del panadero a una edad tan temprana como los seis años, y que actualmente no vive de la literatura en el ámbito económico pero sí en el espiritual, confiesa que "comencé a leer y a escribir con tan solo tres años: y publicaron mi primera historia con cuatro años en un periódico escolar", afirma. De hecho, aunque él no se acuerda, resalta que muchos de sus profesores de infantil y primaria le recuerdan por sus cuentos.

"Siempre he estado muy ligado a los libros, y nunca he parado de escribir: cuando les cuento a mis amigos y conocidos que este nuevo proyecto literario lo escribí en sólo tres meses se sorprenden mucho, pero es el fruto de toda una vida de escritura lo que hace que me fluyan las palabras", admite.

Hasta el momento, ha dedicado su carrera artística a escribir sobre etnografía y antropología canaria. "He hablado mucho de pastores, pescadores, de mujeres empaquetadoras de tomate... Mucha investigación de campo", sostiene. Sin embargo, "con 'Nostalgia del olvido' he llevado a cabo una investigación en el escritorio: un viaje interior que, a pesar de nacer de una experiencia propia, ha conseguido trascender a algo universal", sostiene el panadero, y añade que "muchos de los que me siguen afirman que esta puede ser mi ópera prima; yo no lo creo, pero me agrada que a la gente le guste tanto", ríe.

Asimismo, ha presentado esta obra en Guía, Las Palmas de Gran Canaria, Firgas e incluso en la isla vecina, Tenerife. "Me están llamando de todos los municipios, pero no puedo con todo", explica con gracia. Díaz presentó el viernes su proyecto junto a Beatriz Morales, que le introdujo a las 20.30 horas en el Círculo Cultural de Telde, situado en el Molino de El Roque. El acto fue conducido por Beatriz Morales Fernández, y en él estuvieron presentes varios escritores y amigos del artista. "Estoy contento y agradecido a Ángel Sánchez, Juan Francisco Santana, Javier de la Rosa o Antonio Arroyo, entre otros, por apoyar mi trabajo y presentarme allá".

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