15 de Octubre de 1986. Redacción de La Provincia (Sebadal). Foto entrañable que me regala el más barbudo de los que ven ahí, Diego Talavera, por entonces redactor Jefe del Periódico y con el tiempo magnífico director de la publicación. Un momento, al fondo, a mano izquierda, veo al querido Paco Cansino luciendo también una poblada barba. La imagen, la foto, tiene un punto de nostalgia para los que trabajamos en La Provincia y produce un pelín de tristeza porque ahí vemos a compañeros que ya no están con nosotros, como son Julio Rodríguez, Paco Cansino, Suárez Jerez, Matías o Antonio Lemus, Jefe de Deportes y un poco el padre de todos nosotros. Recuerdo el amor y el respeto que le teníamos a Lemus con quien mi padre, periodista, Antonio Ayala, Jefe de Deportes de El Eco de Canarias, es decir, la competencia, tuvo encontronazos profesionales que viví en casa. Con los años una vez fallecido mi padre Nacho Jiménez Mesa me fichó para La Provincia. Creyó en mí como nadie el querido Nacho y al lado de Lemus trabajé hasta que murió.

La redacción de La Provincia fue siempre un lujo. Tuvo las mejores firmas y los mejores periodistas. Sin falsa modestia, éramos buenos. Con cada noticia se vibraba y nos sentíamos protagonistas de una época, orgullosos de estar haciendo el mejor periódico del mundo. O casi.

La Provincia fue el periódico de mayores ventas de Canarias, el más influyente, muy arraigado en la sociedad canaria. Decir “le llamo de La Provincia…” era abrirse todas las puertas. De La Provincia y sus vericuetos podía estar hablado mil años, mil. Yo y todos los que vivimos entre sus cuatro paredes la pasión por contar cosas y fuimos testigos privilegiados del desarrollo de la sociedad. La vida de todos los que ven en la foto y otros que ya no están se desarrolló en esa casa. Recordaré a Salvador Sagaseta, Alfonso O Shanahan, Ángel Tristán, Pepe Alemán, Paco de La Iglesia, Melchor Fernández y tantos otros que harían la lista interminable. Por esa redacción ha pasado lo mejor del periodismo de las islas, primero como becarios y luego como profesionales. Eran otros tiempos. Un buen grupo optó asimismo por ejercer tareas de responsabilidades en otros medios pero La Provincia siempre ha sido una gran escuela de periodistas.

La imagen que me regala Diego debió ser captada al mediodía o a primera hora de la tarde. Lo deduzco por la poca gente que veo en la redacción. Pasaba una cosa, y es que algunos comíamos juntos y a esas horas en “la provi” quedaban cuatro gatos. Y es que en esos almuerzos se iba “fabricando” el periódico del día siguiente hasta que más tarde, a las cinco -¿siempre a las cinco?- se reunían los jefes y decidían qué temas publicar, en qué orden, qué meter en primera como noticia más importante del día. Ni idea. Tratando de adivinar donde se hizo la foto no lo tengo claro. Creo que en la puerta de la Sección de Deportes. No sé. Lo cierto es que un día nos visitó un campeón de motos, Martínez Aspar, y posamos a su lado.

En fin, que publico la foto porque no es posible localizar a la familia de Julio Rodríguez, Paco Casino, Matías, Lemus o Suárez, todos fallecidos, y me gustaría que la rescataran y la guardaran como recuerdo de una época que gracias a Diego Talavera ha llegado a mis manos. Tiempos felices, de mucho trabajo y mucha pasión. Viendo el mobiliario, mesas y sillas, hoy nos reímos pero era la modernidad en estado puro. Sea como sea, una redacción y una casa que nos unió donde algunos de nuestros hijos hicieron hasta los deberes. Muchas horas de trabajo.

Identificados de izquierda a derecha: Suárez Jerez, Julio Rodríguez, Michel Jorge Millares, Laureano Pérez, Fátima Martín, Antonio Lemus, Juan Francisco Fonte, Matías, Diego Talavera, Pepe Hernández, Balbuena Castellano, Marisol Ayala, Ángeles Hornas y Manuel Borrego. Tres mujeres y mil hombres, ojo al dato. No creo que hubiera muchas más en toda la redacción.

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