Uno de los redactores de LA PROVINCIA, Christian Afonso, ha publicado estos días un trabajo sobre un suceso acaecido en Las Palmas de Gran Canaria, “El crimen del contenedor”. Todos tenemos grabado los pormenores que los medios publicaron sobre la muerte a golpes de una joven prostituta en 23 años, María del Carmen Dieppa. En enero de 1994, estalló en la ciudad aquella muerte cuya crueldad y el entorno, drogas y delincuencia, conmocionó a la sociedad. La chica soportó tanta violencia y murió en una casa de Albareda. Un testigo señaló a Fani como el ejecutor.

La investigación policial se alargó diez años; ese trabajo permitió sentar en el banquillo a cuatro sospechosos que, directa o indirectamente, conocían las andanzas de la joven. El único condenado de los cuatro juzgados fue Fani. Hasta ese momento era un reconocido campeón de waterpolo; a partir de ese instante comenzó a ser conocido como el asesino de Mari Carmen, única víctima de “El crimen de contenedor” Lo negó todo, negó que tuviera algo que ver con los restos del cuerpo de la mujer, cabeza incluida, que hallaron en un contenedor del Mercado del Puerto. Terrible. El resto ya lo conocen. A Fani lo podías encontrar entonces dormitando en una callejuela de Arenales, cerca de la casa familiar. Los jefes de La PROVINCIA sabían de mi amistad con Fani por haber sido nadadora como él. Lo busqué por la ciudad y lo encontré en una casa abandonada de Zárate. Cuando ingresó en la cárcel me pidió mil veces que lo entrevistara. Gracias a una de sus hermanas pude entrar a la prisión. “Te entrevistaré pero me contestas por escrito”. No me fiaba y así lo hizo. De aquellos folios manuscritos sacamos la única entrevista que concedió. Hace un mes volví a verle después de años sin saber de él. Está extremadamente delgado, irreconocible. “He perdido 35 kilos; tengo cáncer de estómago”.