Buenos días. Ayer fue un día soñado. Ella y yo nos conocemos desde niñas y ella y yo hemos estado más cerca y más lejos pero estando.

Hablamos sin tapujos.

Llevamos meses aplazando un encuentro "sin reloj", sin prisa y ayer llegó. Mi amiga es una regalo de la vida. Un almuerzo ligero en el restaurante del barrio que nos ha visto crecer y dos cafés en la terraza. Seis hora de confidencias, risas y emoción. Teníamos la necesidad de hablar y de compartir secretos.

Está tan harta de lo que vemos y escuchamos como yo. Hemos perdido amigas inolvidables a las que recordamos ayer. Nos conocemos hace más de 40 años, ahí es nada, y siempre nos sorprenden nuestras confidencias.

Se acerca un encuentro navideño con regalos y todo. Como cada año.