¿Verdad que a veces echamos en falta esa mano amiga?. Si. Hasta el más fuerte de nosotros, el más inteligente, el más rico, el más pobre. Todos, en algún momento lo hemos necesitado. Es más, me atrevo a decir, que siempre tendríamos ganas de hablar con él, o con ella, el sexo no influye.

Es un lujo encontrar a esa persona que nos sepa oir. Que nos haga ser importantes, como en realidad lo somos todos. Que nos escuche, que nos muestre interés por nuestras cosas, hasta por las más insignificantes. Sería un sueño. Es un deseo que todos tenemos.

Si tú tienes a esa persona. Cuídala. Saboréala. Mímala. Intenta darle lo que tú recibes de ella. Es magnífico contar con ella.

Yo, a veces, también la echo de menos. No mucho en verdad. Porque afortunadamente sí que tengo siempre a alguien a mi lado, que me entiende, en quien confío y admiro. Espero que vosotros tambien la tengais, y que podais ser felices con su amistad y compañia.

Si os gusta el tema de mi relato, decídmelo. Porque si es así, me harían partícipes de este sentimiento que tengo, y pensaría que no soy tan bicho raro como a veces me veo.

Ante todo. Gracias. Mil gracias por hacerles partícipes de mis inquietudes. En verdad, os lo agradezco bastante. Un saludo amigos, y, hasta siempre.

Desde aquí, desde lo más alto del cielo, de entre las nubes que están ahí arriba. Desde allí os hablo, los admiro y los siento. Gracias.