Éste es uno de esos momentos. Quisiera parar el tiempo y congelar el mundo. Recuerdo pocos instantes como el de ahora. Y lo sé bien, difícil repetir otro igual. Sé que con el tiempo, se desgastan las cosas buenas. Sí, seguramente aparecerán otras gratas noticias, situaciones y alegrías, pero cuando te ves nadando en un mar cálido, placentero y flotas en él, no quieres otro mar. Aunque me ofrezcan el oro y el moro. ¿Para qué más?

Llámame conformista, cómodo o simple. Me da igual. Soy como soy, y a estas alturas de mi vida, no quiero riesgo, no quiero apostar pudiendo perder. La felicidad que vivo, la salud, el amor de mis amores, la amistad que me abraza, son algunas de mis grandes riquezas. Si es un sueño, no quiero despertarme, y si es en verdad mi vida, no quiero que deje de brillarme este día, que nunca llegue la noche.

Que no se conviertan en buenos recuerdos que se desvanezcan a fuego lento del olvido. Me hace bien esta medicina, y no quiero pensar más, quiero vivir.

Llueve en mi mente ilusiones brillantes que enriquecen y me hacen fuerte. Sonrisas y lágrimas de alegrías empapan mi corazón de cariño, y me arrastran a una paz entrañable.

Corre esta dulce corriente y me seduce, me enamora. Intento contenerme pero no puedo evitar lo inevitable. Es mejor no esperar a ver el arco iris después de la lluvia, sería mucho mejor formar parte de él. No tengo duda, me voy a dejar llevar por las sensaciones y que me lleve la corriente. Suicidio le llamarán algunos, pero para mí es coger mi tesoro, tomarlo para y por siempre.

Así lo haré esta noche, cuando se esconda este dulce sol. LLévame felicidad, en tus manos está mi vida.

dimesiteinteresa@gmail.com