...y si viviéramos cien años?

Si nuestra vida fuera un camino de rosas. De rosas sin espinas. ¿Te imaginas?

Inmersos en una historia de amor, de esas, de película.

De las que aparecen lágrimas sin llamarlas. Brotando de nuestro interior, desnudando los sentimientos más íntimos y sinceros.

¿Lo mejor de todo? Que sólo vivo para ella, que mi vida sin ella, no es nada. Dije antes cien años, eso da igual.

Sean cien o diez los años, una larga vida, o trágicamente recortada. Lo importante, es que la quiero, y la quise.

Dejadme vivir el día de hoy, porque el mañana, acuérdate, igual, ni lo veremos amanecer.

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