“LAS DOS CARAS DE: LOS ARBEJALES”

COINCIDENCIAS DE UN PASADO Y RECUERDOS DE UN PRESENTE

Pertenece el Pago de Los Arbejales, al Municipio de Teror, a lo que remontándonos a los tiempos de la Conquista y el reparto de tierras, nos demuestra como el primer poblamiento terorense no fue en torno al Pino de la aparición. Varias publicaciones de la literatura arqueológica: R. Verneau, V. Grau Bassas, Sebastián Jiménez Sánchez y Celso Martín Guzmán, no dan noticias de vestigios arqueológicos pre-hispánicos en la comarca de Teror. Pero pudo ocurrir que en el proceso de poblamiento posterior a la Conquista y de roturacion de tierras desapareciesen cualquier género de túmulos y otros objetivos líticos o cerámicos, o utensilios de hueso y vestidos de piel.

No obstante, si analizamos la situación geográfica del Municipio de Teror, nos encontramos, evidentemente, con la existencia de un camino aborigen y unos silos; el camino citado en la Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria, del año 1.531, el que en el capítulo: “Caminos para Puercos” dice:

(…Y de ay a una vereda que sube por las tierras de Cristóbal Ramírez a dar a las tierras del Espartero a dar a La Caldera a dar al Laurelar y a las tierras de Porras, que son en Terore y por encima de las dichas tierras a dar al parral de Juan de Troya e al barranco del agua a dar a la huerta de Nuestra Señora y el camino adelante a los Silos de Terore linde las tierras de Baeca que van por las cabecadas de Baeca a dar a la fuente de los laureles y toda la dicha vereda hasta el camino que va a los enganos de Árucas a dar a la madera del barranco de Firgas que es en la Montaña de Doramas

Parece ser que, desde Madrelagua y Los Arbejales hasta Miraflor y El Palmar se desplegaba a finales del Siglo XV un valle atravesado por barrancos y barranquillos, cubierto por exuberante vegetación; eran las formaciones de laurisilva, árboles de hoja perenne en un clima húmedo y lluvioso. En este marco a finales del siglo XV, se inició un proceso de doblamiento, llevando a retroceso el contenido del mencionado bosque, donde tuvo su origen lugares tan destacados como “El Ojero”, relativo a un ojero, en medio del bosque por la tala de los árboles que le poblaban. Llegando de esta forma a desparecer la mayoría de la consistencia verdosa de su cara, cambiando por lo que en la actualidad da forma al pueblo o barrio con sus habitantes. Y que conocemos como “Sagrado Corazón”, tras la edificación del Templo en su honor, años 1.913 – 1.918. Lugar, antes conocido como: “Los llanos de Roque”.

Ahora bien, como en todo lugar suele suceder, nunca llueve a gusto de todos y, ninguna persona tiene las mismas características que la otra, dado que los mismos dedos de la mano son cinco, y ninguno tiene el mismo tamaño ni realiza las mismas funciones a iguales condiciones. De ello se derivan las dos caras de Los Arbejales.

Si trazamos una raya como meridiano o división de Este a Oeste, queda dicho Pago divido en dos porciones; una Sur Este, llegando desde San Isidro hasta Cuesta de Falcón; y la otra Norte Oeste, en la que queda incluido el Ojero y Los Monteros. A los que siempre se les distinguió por su forma de ser, aunque no equivocada, y con unos vecinos muy bondadosos y de buen corazón, aunque si, un poco más apartados de las vivencias o prácticas religiosas. Pero siempre prestos a la llamada, ante cualquier necesidad vecinal o colaboración para la realización de cualquiera de las fiestas del barrio.

De tal defecto, se derivan los acontecimientos siguientes y que no tienen ningún desperdicio, como tampoco ninguna falta a la hora de prestar su colaboración, como así hemos mencionado anteriormente; de lo que se derivan los siguientes hechos y se le distinguió con el siguiente significado.

LA RUSIA CHICA:

Con el perdón de muchos de los lectores, y para conocimiento de otros, les advierto de que el anterior apelativo, con el que encabezamos el presente artículo, no tiene ningún desperdicio. Creo que muchos de nosotros no tengamos que echar mano de nuestro Diccionario Canario, con el fin de conocer su significado, pues, “Rusia”, además de pertenecer como nombre a una gran Nación, a la cual presto mis máximos respetos, se utiliza en terminología canaria, para identificar a algunos animales del genero caprino.

“La rucia chica”, significa la cabra pequeña, de color gris plateado, pasada su adolescencia como “baifa” e ingresada en su proceso de añojo - año-, para luego ser presta como madre primeriza. Pero he aquí que con dicho nombre, bautizó un ex-párroco de Los Arbejales, a las zonas de “Ojero y Los Monteros”, dado que sus vecinos, en el año 1.958, con fecha 1 de Junio y, ante la bajada de la Imagen del Sagrado Corazón de Jesús a Teror, con motivo de la: “Conmemoración de las Bodas de Oro, del Apostolado de la Oración”, llevaron a cabo el siguiente manifiesto de júbilo.

Al asomar la Venerada Imagen a la vuelta de Los Morales, en la zona de enfrente, conocida como: “La Huerta de Arriba”, se llevó a cabo la tirada de una descarga impresionante de voladores, que pareció juntarse el cielo con la tierra; a lo que el mencionado “Cura”, que se las traía un poco en lata con aquellos vecinos, no le quedó otro remedio que pronunciar: ¡Ahí está la Rusia chica! Claro está, por lo grande y suntuoso del acontecimiento.

Pero no olvidemos que estos vecinos han sido los protagonistas de las Fiestas Populares del Sagrado Corazón de Jesús, con sus más de 75 años, de la “traída del arco”, de forma ininterrumpida, acto al que hace pocas décadas se han sumado otros barrios de Arbejales y zonas limítrofes.

Muchos son los que han querido derivar dicho acontecimiento en “Romería”, pero el hecho en cuestión no es tal, dado que el sentido del Romero es otro, y no la Romería o: ronería, como más bien podríamos llamarle en la actualidad. No es justo que se le quite el sentido popular que este ha adquirido desde sus comienzos, dado que el mismo tiene su aspecto en el Arco y su confección -bella obra de arte-: así como en la tradición de la llegada a La Plaza del Sagrado Corazón, tras casi dos kilómetros de recorrido, acompañando un gran ambiente festivo.

Desde estas páginas emplazo a las Autoridades competentes, con el fin de que dichos vecinos, ya muy pocos con vida y algunos octogenarios, reciban un caluroso homenaje, antes de que se haga tarde, pues, como dice el refrán: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”; dado que luego será muy tarde y: “Después del conejo ido, palos a la madriguera”. ¡Los homenajes en vida! Que es cuando se agradecen.-