*LA ALDEA DE SAN NICOLÁS . . .

··DÍA 10 DE SEPTIEMBRE: “Fiesta de San Nicolás de Tolentino”:

--La Aldea de San Nicolás, hasta 2005 denominada San Nicolás de Tolentino, es un Municipio español perteneciente a la provincia de Las Palmas, en las islas Canarias. Está situado al oeste de la isla de Gran Canaria. La capital municipal se llama La Aldea de San Nicolás de Tolentino, aunque los lugareños la conocen popularmente como La Aldea. El punto más elevado del Municipio es la montaña de Inagua, con más de 1.300 metros de altura.

Por el Acuerdo de 28 de Julio de 2005 del Cabildo Insular de Gran Canaria, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de las Palmas nº136 de 24 de Octubre de 2005, se aprobó cambiar el nombre del municipio de San Nicolás de Tolentino a La Aldea de San Nicolás.

Los núcleos de población del Municipio son Artejevez, Barranquillo hondo, Casco, Castañeta, Cercadillos, El Albercón, El Cruce, El Hoyo, El Pinillo, El Polvorín, El Ribanzo, El Taharalillo, Jerez, La Cardonera, La Cruz, La Hoyita, La Ladera, La Playa, Ladera del Palomar, Las Marciegas, Las Tabladas, Lomo del Carmen, Los Cardones, Los Caserones, Los Espinos, Los Pasitos, Mederos, Molino de Agua, Molino de Viento, Tasarte, Tasartico y Tocodomán.

**Nicolás de Tolentino (Sant'Angelo in Pontano; 1245 - Tolentino; 10 de Septiembre de 1305) fue un sacerdote y místico católico italiano.

--Miembro de la orden de los Agustinos, a la que accedió en 1256 tras una infancia y juventud de fervor religioso, se ordenó sacerdote en 1269 en Cingoli, y pasó a dedicar su vida al apostolado desde Tolentino. Centró su tiempo en la meditación y la oración, así como en la atención de los enfermos y necesitados.

Su vida de asceta dentro de la orden y algunas de sus costumbres personales como su renuncia a lo material, la dieta hipocalórica, la oración constante y su sueño irregular lo acercan a la de otros místicos cristianos a los que también se atribuye contacto con la divinidad.

=>Culto:

--Declarado santo en 1446 al atribuírsele más de 300 milagros, es considerado protector de las ánimas del Purgatorio, y se le considera intercesor por la justicia, la maternidad, la infancia y la salud. Su cuerpo incorrupto fue presentado en 1345, momento en el que le fueron amputados ambos brazos para la construcción de un relicario. Su día se festeja el 10 de septiembre.

···Sus restos se conservan en la Basílica de San Nicolás, en Tolentino (Italia).

Plafón cerámico del s. XVIII (Museo de Bellas Artes de Sevilla; procedente del convento de Santa María del Pópulo).

Se le rinde culto especial en lugares como La Aldea de San Nicolás (en Gran Canaria, adonde llevaron la costumbre frailes mallorquines a fines del siglo XIV), Almonacid de la Sierra (Zaragoza), Adra (Almería), Tortuera (Guadalajara) o Cas Concos[1] (Felanich, en Mallorca).

**Es el Santo Patrono de las siguientes localidades:

-Provincia de Cartago distrito San Nicolás,Costa Rica.

-Villa Nicolas Bravo Gro en México

-San Nicolás de El Presidios en el Estado de Durango, en México.

-San Nicolás Tlazala en el Estado de México, en México.

-Galeana, en Michoacán, México

-Actopan, en Hidalgo, México. (Convento de Actopan)

-Ramos Arizpe, en Coahuila, México.

-Álvarez (Santa Fe, en Argentina).

-Barranquilla (Colombia).

-Guaitarilla (Colombia).

-Hijuelas (Chile).

-Marinaleda (Sevilla, en España).

-San Nicolás de los Garza (Nuevo León, en México).

-Terrenate, Tlaxcala.

-Villa de Puentedeume (La Coruña, en España).

-Suipacha Potosí - Bolivia

-Jaral del Progreso (Guanajuato, en México)

-San Nicolás Zecalacoayan (Puebla, en México)

-Villa Jiménez (Michoacán, México) Se celebra una fiesta en su honor cada año durante tres días anteriores al Miércoles de Ceniza.

-Ometepec, Estado de Guerrero, México Se celebra desde el dia 1° y hasta el dia 11 de Septiembre. Además cada dia 10 de cada mes se celebra una misa en su honor.

-Parroquia San Nicolas De Tolentino- Pueblo de Limarí (Ovalle,Chile)

-El Nigromante, Pinos, Zacatecas, México

-San Nicolás de Pangasinán en las islas Filipinas.-

--DÍA 11DE SEPTIEMBRE:

··LA FIESTA DEL CHARCO . . .

--Es el acto más esperado y multitudinario de las fiestas de La Aldea de San Nicolás en Gran Canaria. Se trata de un divertida evento que disfruta todo tipo de gente.

Miles de personas se tiran a la agua para atrapar el mejor pescado, aunque pocos lo consiguen. Lo importante es divertirse y darse un baño rodeado de buen ambiente.

Los sistemas de pesca son realmente variados. Algunos utilizan cestas o redes aunque otros se lanzan a por los peces con sus propias manos.

Gran Canaria. La Aldea de San Nicolás de Tolentino. A las doce de la mañana del día 11 de Septiembre, justo cuando empieza a chisporrotear el primer compás de la Banda de Agaete, un grupo alegre y pintoresco de personas comienza el recorrido de un par de kilómetros, en dirección al mar.

He llegado hasta aquí después de intentarlo durante muchos años y de haber suspendido el viaje por una razón o por otra. Intuía que esta celebración podría ser interesante, pero nunca pude imaginar que fuese tan espléndida como voy a comprobar en las horas siguientes. Me acompaña Olivia Quintero. Llevamos dos cámaras profesionales: una de vídeo y otra de fotos. Como en otras ocasiones, las intercambiamos para captar las imágenes desde nuestros particulares puntos de vista.

No es difícil apreciar que la Banda de Agaete está en su salsa. La compone una decena de músicos, vestidos como capitanes de la marina mercante, con saxos, trombones, trompetas, una caja, unos platillos y un bombo que lleva pintado el Dedo de Dios antes de partirse. Junto a las canciones de Los Beatles, como el “Submarino amarillo” o el “O-bla-di-o-bla-da”, suena el himno nacionalista canario “Me gusta la Bandera” del brazo de “La Raspa” y de las poco edificantes canciones “Monsieur Caníbal” y “La Madelein”, joya preciada de la Legión Extranjera francesa en Argelia.

Los asistentes llevan en alto botellas del excelente ron de La Aldea, ramas verdes como en los ritos guanches y canastos para guardar el pescado que más tarde se recogerá en El Charco.

Este acto (y el de la entrada al Charco, por la tarde) se efectúa para recordar una vieja forma de pesca, llamada "embarbascado", que usaban los guanches y fue practicada en la isla hasta la década de 1950. Consistía en verter en el agua el látex blanco o la savia de dos plantas autóctonas, las tabaibas y los cardones (parecidos a grandes cactus). Con esta “leche” adormilaban los peces y los capturaban con redes de junco o con las manos.

Nuestra alegre comitiva, con su marcha sensual y trepidante, va carretera adelante. Muchos visten camisetas amarillas con la frase “De aquí pa’l Charco”, mientras otros aprovechan para exhibir alguna frase para reivindicar algo para su pueblo. Aquí no hay edad: desde bebés hasta bisabuelos saltan y brincan con una sonrisa que no pude explicarme hasta que vi lo que sucedió en El Charco (en La Aldea dicen “la charca”) por la tarde.

Así, entre chorros de ron en la boca y de sudor en la espalda, la chispeante comitiva llega al muelle. Allí la Banda de Agaete sube a una tarima y vuelve a interpretar su jubiloso popurrí. La gente se sitúa donde puede y levanta las manos y salta enloquecida y grita sin perder la sonrisa por los pisotones o por el inclemente sol. Algunos dan media vuelta y se tiran al mar sin quitarse la ropa.

Cientos de participantes continúan bailando durante mucho tiempo, arrebatados por la música.

Frente al muelle está un bosquecillo de tarajales, con barbacoas y mesas. Allí no hay bullicio. La gente duerme sobre una manta en el suelo, canta canciones mexicanas, juega a las cartas, abanica las brasas que asan la carne de cochino y se echa su “fisco ron” cuando piensa que nadie mira.

Junto este bosquecillo, existe una charca, grande y rectangular como un campo de fútbol. Está pegada al mar y su agua sube y baja con la marea. Es el famoso Charco de La Aldea, que puede localizarse en el mapa de google. Hacia las cuatro de la tarde, los alrededores del Charco comienzan a llenarse de gente.

Los habitantes de la aldea, acompañados de muchos forasteros, van a celebrar un rito anual que consiste en introducirse en el Charco todos juntos y vestidos (algunos eligen trajes de chaqueta y las mujeres prefieren trajes antiguos de campesinas) para capturar el mayor número posible de peces, igual que lo hacían sus antepasados.

Los participantes en esta fiesta los aprisionan con las manos, los sombreros, los cestos, y las pandorgas. En el borde de la charca, marcado por una raya blanca, hay diez mil personas dispuestas a apresar al menos una lisa (es el pescado que abunda allí) y, si fuera posible, ganar el trofeo a la mejor pesca.

A las cinco menos cinco, aparece el alcalde delante de la Banda de Agaete. A su alrededor, viene un gentío saltando con los cestos en alto. La policía protege a la banda de los empujones para que los músicos puedan, al menos, estirar el brazo del trombón. Faltan escasos segundos para las cinco en punto, cuando la Banda se detiene a tres metros de la raya blanca. Todo el que la traspase es candidato a bañarse con ropa

El alcalde le da fuego al cohete que revienta tímidamente. A esta señal, diez mil personas parecen enloquecer. Todos aúllan y corren hacia el Charco. El agua parece hervir, porque todos le dan manotazos y la hacen subir lo más alto posible. El espectáculo es insólito y la charca parece una olla de presión.

La Banda de Agaete sigue impolutamente blanca en sus uniformes e interpreta una pieza que desconozco, pero muy acorde con lo que sucede dentro del Charco. El agua, antes de un azul celeste, se va tornando negra.

Sobre el charco se sitúa un helicóptero naranja y su ruido infernal de cafetera asmática logra apagar el griterío de peces y personas. Un caballero con la ropa seca nos pregunta si deseamos filmar al señor alcalde. Cómo no. El corregidor de La Aldea viene, sonríe amablemente a la cámara y, en medio de aquella algarabía inmensa, espera que yo le pregunte algo. Yo también lo miro y no se me ocurre qué preguntarle a aquel buen hombre de pelo entrecano y medio enchumbado.

Detrás de él llegan otros, para que los fotografíe con sus pescaditos. Miren por dónde, el más grande lo pescó Mélanie Rodríguez y pesó un kilo; pero entre Marilola y sus amigas atraparon 35 lisas, lo cual es casi media. Juan Manuel García apresó una anguila que medía más de medio metro. Así que también obtuvo premio. Yo tuve que conformarme con un rico trozo de tarta de mango y coco, inventada por un alemán de La Aldea, y un kilo de café del país que le compré por 30 euros a Carmela, cerca de Los Berrazales, en el Barranco.

**LOS ORÍGENES DE LA FIESTA DEL CHARCO EN LA LADEA:

--Si hace poco hablábamos de los orígenes y la historia de las Fiestas del Pino, ahora le toca el turno a la Fiesta del Charco, que tiene lugar sólo unos días después.

En la desembocadura del barranco de La Aldea se forma un gran humedal costero con un interesante ecosistema con un bosque de tarajales. Aquí, cada 11 de septiembre, dentro de las fiestas patronales en honor a San Nicolás de Tolentino, se celebra la Fiesta del Charco. Su origen está en la ancestral costumbre de embarbascar en los charcos costeros para pescar los peces con facilidad, una vez narcotizados.

Se caracteriza por una gran manifestación de alegría, liberación y catarsis de todo el pueblo alrededor de este gran charco que, por sus valores patrimoniales, ha sido declarado BIC recientemente. A un lado está el yacimiento arqueológico de Los Caserones y a otro El Alambique, antigua destilería de ron (1936-1959) y la Cueva de El Roque, una oquedad junto al mar donde probablemente los mallorquines, a mediados del siglo XIV, erigieron una ermita en honor a San Nicolás de Tolentino, además de otros valores patrimoniales.

=>La fiesta del Charco vista desde el aire:

En 1766, el Obispo Delgado y Venegas intentó controlar la Embarbascada imponiendo penas que llegaban hasta la propia excomunión, alegando el «desorden que siempre ha habido en este lugar cuando se celebra la embarbasca o Fiesta del Charco (…) echándose en él y mezclándose hombres y mujeres casi desnudos (…) pecando mortalmente en tal depravada diversión (…)». La fiesta continuó celebrándose con la misma alegría que la caracterizaba según nos lo cuenta Víctor Grau-Bassas en 1887, quien nos dejó valiosos dibujos de escenas de la misma.

Medio siglo después, continuaba centrándose en la pesca, sobre todo de la lisa, con el tradicional jolgorio de la gente. Luego comenzó a regularse, al prohibirse el uso de redes y cañas y con el establecimiento de una delimitación de su espacio mediante una raya blanca perimetral.

La fiesta goza de muy buena salud y es de esperar que podamos disfrutar de ella durante muuuuuucho tiempo.

¡FELICES FIESTAS. 2013!