El fin de la pandemia de coronavirus está hoy un poquito más cerca. Y mucha culpa de ello, además del enorme esfuerzo que la gran mayoría de personas estamos haciendo por conseguirlo, es de las vacunas.

El ritmo de vacunación avanza constante en casi todo el mundo y se espera que tome velocidad de crucero cuando las nuevas vacunas aprobadas entren en circulación y la producción alcance el ritmo previsto en un principio.

En España ya se han suministrado más de seis millones de dosis y se ha logrado inmunizar a más del 5% de la población, lo que se traduce en más de dos millones de personas a las que se les ha puesto la pauta completa.

Las preguntas sobre cuándo nos tocará vacunarnos están en la calle… Y mientras que muchos de nosotros estamos ansiosos porque lleguen ya todas las dosis prometidas y nos toque el turno, o porque vacunen a nuestros padres de una vez y los dejen inmunizados para que podamos visitarlos y abrazarlos, otros no están en esa guerra.

La pelea de los antivacunas, que tan peligrosa puede resultar para los demás, es un problema real en mucho sitios. Y numerosas empresas privadas se han lanzado a colaborar, con premios, en busca de que se vacune la mayor cantidad de personas que sea posible.

Marketing por las vacunas

Por eso, por si alguien tuviera dudas sobre la importancia de vacunarse contra la COVID-19, hay países, como Estados Unidos, en los que se premia a quien se vacune.

Como lo lee.

¿Se imagina que después de administrarle la dosis anti COVID-19 le dieran un vale por un donut o un descuento para una cerveza?

Está pasando en todo el país.

«Ven a The Greenhouse con tu comprobante de vacunación y recibirás un UBaked Pre-Roll GRATIS», reza la web del local donde se ofrece una de estas promociones, en este caso con un porro pre enrollado de marihuana como premio, hasta final de mes.

Una cervecería de Ohio ofrece en su sitio web cervezas a menos de 10 céntimos. Una empresa de alimentos (Chobani) ofrece yogur gratis. Otra tienda promete un dónuts glaseado a quienes muestren su tarjeta de haberse vacunado.

Krispy Kreme, la multinacional de dónuts de Carolina del Norte, fundada en 1937, también regala su pastelito. Y una panadería alemana lanzó el mes pasado las «rosquillas vacunadas», adornadas con jeringuillas de plástico.

Hay ideas para todos los gustos con tal de colaborar en la vacunación masiva de ciudadanos, tan importante en estos momentos.

Una cadena de cines en Cleveland ofrece palomitas gratis para todos los vacunados, hasta el 30 de abril. Incluso hay una empresa que se ha ofrecido a plastificar gratis las tarjetas de vacunación, visto el intenso uso que muchas personas van a hacer de ella para cobrarse los regalos.

Los expertos no lo consideran muy eficaz

Este fenómeno privado que está sucediendo en Estados Unidos no está recomendado por expertos en terapia conductual, quienes indican que los premios por vacuna no son una forma eficaz de promoverla.

Existen estudios, como el llevado a cabo por la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos, con la colaboración de las universidades de Harvard, la Universidad de California Los Ángeles y la Universidad de Toronto, que ha demostrado cómo a base de «impulsos conductuales» es más fácil hacer que alguien que no quiera vacunarse, lo haga.

Más sencillo incluso que a través de premios y recompensas.

El estudio dirigido por la Doctora de la Universidad de Pennsylvania, Katherine L. Milkman, concluye que «enviando mensajes de texto antes de una visita de atención primaria aumentan las tasas de vacunación hasta en un 11%».

Aun así, sabiendo la opinión de la ciencia, el de Estados Unidos no es el único caso en el mundo. Hay otros ejemplos como el de Israel.

En la ciudad de Tel Aviv se instaló, para alentar a los más jóvenes a vacunarse, un centro de vacunación dentro de un bar, donde se ofrecía cerveza y chupitos sin alcohol gratis a quienes recibían la dosis.

A lo largo y ancho del mundo, UBER, la compañía de transporte de personas, acordó regalar 10 millones de viajes o con descuento a personas mayores y a los trabajadores que hayan estado en primera línea de batalla contra el virus.

Un sinfín de ejemplos que muestran cómo el mundo está volcado en la vacunación contra la COVID-19.

«Vacúnense, se lo ruego»

Con todo, y pese a la evidencia, son muchas las personas que no están dispuestas a vacunarse. Sea cual sea su razón, han tomado la decisión de no ponérsela o hacerlo más adelante y eso ralentiza y lastra la estrategia de vacunación.

En Serbia, por ejemplo, el país de Europa donde la vacunación va a un ritmo más rápido y ya han inmunizado a más del 30% de la población, crece no obstante el número de personas que se niegan a ponerse su dosis.

Tal es el problema que la primera ministra del país, Ana Brnabić, señaló ante la prensa que Serbia «tiene más vacunas en oferta que personas que la solicitaron».

El presidente de la república de Serbia, Aleksandar Vučić, en discurso a la nación ha rogado a la población que llamen para recibir la vacuna: «vacúnense, se lo ruego».

Los expertos consideran que en Serbia ha faltado pedagogía y educación sobre la vacuna. Un problema que asola al país entero, y no es la primera vez.

«Hay muchas medias verdades y mentiras sobre las vacunas en las redes sociales. Tuvimos que luchar durante años con personas que no querían vacunar a los niños y obtuvimos buenos resultados, pero luego vino la pandemia y esas voces en contra de las vacunas volvieron a ser fuertes», señala Ervin Corovic, médico y director de un centro de salud en Novi Pazar, Serbia, a The Guardian.

Los medios locales se están llenando de anuncios de la vacuna para concienciar sobre la importancia de ponérsela para intentar acabar con esta ola secundaria provocada por la COVID-19.

Es responsabilidad de todos acabar con la pandemia y la vacunación es la mejor y más rápida manera de ponerle freno.