Hace unos 5 años una serie de televisión levantó ampollas entre las personas con albinismo. En uno de sus capítulos una joven era asesinada por una «niña fantasma». Esta niña era una niña albina.

Y es que los episodios de violencia y estigmatización contra las personas albinas son de sobra conocidos, teniendo su más cruel expresión en las matanzas que se producen en África, donde las extremidades de las personas albinas son consideradas como amuletos de buena suerte.

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Una de las personas que mejor conoce el albinismo en nuestro país es el investigador departamento de Biología Molecular y Celular Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), Lluis Montoliú.

En su libro, «¿Qué es el albinismo?», lo primero que se deja claro es que hay que referirse al «albinismo como una condición genética y no como una enfermedad. Hay personas altas, bajas, delgadas, rubias, pelirrojas, hay personas con miopía y personas con albinismo».

Probablemente nuestra imagen mental de esta condición genética sea la de una persona con piel muy clara, casi transparente, y pelo rubio o casi blanco. Pero esta no es la principal alteración que produce el albinismo. Es más, a veces ni se produce.

La complicación más importante que provoca el albinismo son los problemas visuales. Entre ellos, Montoliú enumera:

Es decir, «no todas las personas con albinismo carecen de o tienen menos pigmentación, pero todas las personas con albinismo presentan un importante déficit visual», subraya el investigador.

El experto en genética explica que, aunque es una condición eminentemente genética, los estudios sobre el albinismo se realizan dentro del ámbito de las enfermedades raras.

¿Por qué? Porque este tipo de mutaciones es poco frecuente, 1 caso en cada 17.000 personas.

¿Qué causa el albinismo?

Todos conocemos que es la melanina. Se trata, en palabras de Montoliú, de «un compuesto oscuro, un pigmento, que se produce solamente en las células pigmentarias».

Todos tenemos dos tipos de células pigmentarias, los melanocitos, repartidos por distintas partes del cuerpo, en especial en la piel, el pelo y el iris del ojo; y las células del epitelio pigmentado de la retina, situadas en el fondo de la retina.

Tipos de albinismo

Tradicionalmente se consideraba que sólo había dos tipos de albinismo, en función de los problemas de pigmentación y oculares, el oculocutáneo (OCA) y el ocular (OA).

Pero tal y cómo señala Lluis Montoliú en su libro sobre esta condición genética, hoy se considera que existen al menos 10 tipos de albinismo.

Cuidados dermatológicos para las personas con albinismo

Aunque hemos visto que no en todos los casos aparecen déficits o ausencia de pigmentación, cuando esto ocurre es esencial proteger la piel, que queda expuesta sin protección natural alguna a las radiaciones solares. Esto les hace más propensos a desarrollar cáncer de piel.

Por ello el investigador establece algunas pautas absolutamente necesarias a la hora de la exposición solar para con esta condición genética:

Por supuesto, todas estas pautas son esenciales tanto en días claros y soleados, como en los momentos en los que las nubes ocultan el sol.

Por último, Lluis Montoliú advierte que «a la más mínima lesión que se observe en la piel, si se detecta una mancha que cambia de forma, de aspecto irregular, en relieve, o que duela o que sangre se debe consultar inmediatamente al especialista dermatólogo para su valoración y diagnóstico cuanto antes».