Mario se grabó tirando una nevera por un barranco al grito de "¡reciclando!" pensando que sería una gracia viral. Un vídeo en el que se veía su cara y la matrícula del vehículo.

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) identificaron al autor de los hechos, que conlleva una multa de 751 a 1.500 euros, cantidad que varía en función del residuo abandonado y los daños provocados. En el caso de provocar un delito medioambiental, la multa es de hasta 100.000 euros.

No es la primera vez que se deshacía de un electrodoméstico de esta forma. Anteriormente lo había hecho con una lavadora. Entre risas tira la nevera en el valle de Almanzora, en Almería, pero la recoge de la misma forma. Ha sido obligado a recogerla y afirma sentirse "arrepentido". Mario trabajaba en una empresa de electrodomésticos, del que le han despedido, según indica la hija del negocio.

La multa que puede recibir puede ser de hasta 45.000 euros al ser los frigoríficos uno de los electrodomésticos más contaminantes.

Una de las opciones de reciclaje, totalmente gratuito es llevar el frigorífico viejo a alguno de los establecimientos de venta que se ofrecen a recogerlos.