Mark Rofe es un británico de 30 años al que "le está costando conseguir una cita, mientras todos sus amigos ya se están casando". Así lo asegura él mismo en la página web que ha creado. Rofe, cansado de las aplicaciones de citas, ha decidido utilizar un método algo más agresivo: alquilar una valla publicitaria.

Mark avisa en su sitio web que su misión "es seria" y parece que no parará hasta concluirla. Quiere ofrecer la mayor cantidad de datos posibles para que sus pretendientas (o pretendientes, ya que no incluye información sobre sus intereses sexuales) sepan a lo que se enfrentan. Así, proporciona su color de ojos ("#4e4f5f"), el número de mujeres a las que ha besado ("más de tres") o la cantidad de amigos que tiene ("dos").

Rofe trabaja en el sector del marketing y no parece malo en lo suyo: más de 1.000 personas han rellenado el cuestionarioque propone el inglés para encontrar el amor. "Es lo más desesperado que he visto nunca", fue la respuesta que recibió de un amigo y que ahora sirve como cita para cerrar la página web. Por supuesto, esa persona "no quiso" que pusieran su nombre. La lucha de un hombre por el amor, o por probar sus dotes para el marketing.