Los enfrentamientos entre comensales insatisfechos y hosteleros están a la orden del día en internet. Y cada vez proliferan más las respuestas ingeniosas de los empresarios a algunas críticas que consideran injustas. Es el caso del propietario de un restaurante de Ribadesella que afeó el comportamiento de un comensal. "Trató a la camarera como si fuese una esclava sureña de la guerra de secesión americana".

El ajo del asunto estuvo en un primer comentario del comensal, que aseguró lo siguiente: "Un medio día de vacaciones perdido. Mala experiencia en este restaurante, el olor del aceite algunas tapas es viejo y después, al comunicárselo con bastante discreción y tono bajo al dueño, responde con grosería y mala educación dándoselas de buena cocina".

Este comentario, valorado con una sola estrella en un popular portal web de críticas gastronómicas, no gustó al empresario, que no dudó en contestar. "La prepotencia y mala educación de la que ustedes hicieron alarde desde el momento que se sentaron, como si la camarera fuera una esclava sureña de la guerra de secesión americana, ya hacía prever lo que vendría después. Que yo sepa, y lo recuerdo bien, en ningún momento se me quejaron de la comida ni se hizo comentario alguno sobre ella, pero sí se quejaban de una camarera que lo único que les comentó era que había formas de decir las cosas sin malos modos y haciendo hincapié sobre su prepotencia y superioridad sobre una trabajadora que intenta hacer su trabajo lo mejor posible", defendió el empresario.

La cosa no acabó aquí. "Como comprobarán en las opiniones anteriores a esta, menos dos más que ya se preocuparon de poner sus compañeras de mesa intentando desprestigiar este local, son siempre positivas en el trato del personal, así que les recomiendo que cuando acudan a otro restaurante y vean una trabajadora acercarse a atenderlos no saquen el látigo de 'kunta kinte', ya que se está ganando el pan", despachó el empresario.

Para el hostelero el asunto no estaba zanjado, por lo que prosiguió. "Por cierto, dice usted que el aceite era viejo. Le recomiendo vaya a hacer análisis no vaya a ser que su colesterol se halla disparado. Por cierto, lo único que yo les dije es que respetaran al personal, lo que les provocó un estado de ansiedad que no pudo contener y siguió llamando a la camarera maleducada, que si tenía que volver a la escuela... La camarera solo decía hasta luego muchas gracias, cosa que no soportaban", concluyó.

Las disputas entre comensales y empresarios son cada vez más frecuentes en la web. En muchas ocasiones, los hosteleros denuncian que las críticas son falsas. Por ello, han pedido en reiteradas ocasiones a estas webs que establezcan algún tipo de mecanismo que permita atajar este tipo de prácticas.