Atrás se ha quedado el habitual “este año he sido buena” y la ilusión implícita en una carta a los Reyes Magos de Oriente. La pandemia de la Covid-19 lo ha cambiado absolutamente todo, hasta la manera en la que afrontan los más pequeños una redacción que, por lo general, sale sola y en la que el lápiz, cual imán, se agarra con fuerza a la hoja en blanco.

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LP/DLP Carta a los Reyes Magos en tiempos de Covid-19

Confinamiento, dejar atrás las carcajadas y juegos de recreo, no poder ver a sus seres queridos e, incluso, que la Covid-19 se llevara a algunos de ellos, son algunos de los efectos colaterales que han hecho que los niños sean menos niños.

Los menudos han mostrado entereza y responsabilidad en su retorno a las aulas y hasta en su vida cotidiana, y esta vez no lo han hecho por temor a que los Reyes Magos pudieran dejar bajo el árbol de Navidad algún saco de carbón; lo han hecho para salvar vidas, sobre todo las de sus mayores.

La felicidad e ilusión se ha transformado en preocupación y temor ante la amenaza que ha supuesto el coronavirus. Eso sí, la esperanza en los educandos más noveles es innata, y eso, por suerte, les ha hecho más resilientes en un contexto hostil hasta para ellos.

Uno de los ejemplos, el de una alumna palmera de ocho años que ha escrito una carta a los Reyes Magos de la que emanan sentimientos. Reconoce que, como sus compañeros de ‘cole’, está “asustada y preocupada”, pero mantiene la esperanza de que “algún día se irá el virus”. En su relato también señala hacia su maestra, la cual le insufla tranquilidad en medio de la vorágine.

CARTA

Queridos Reyes Magos, este año ha sido diferente porque hay un virus malo; se llama coronavirus. Muchos de mis amigos están asustados y otros preocupados; yo estoy las dos cosas, pero nuestra maestra dice que no pasa nada y yo le creo porque algún día se irá el virus.

Me siento preocupada y asustada, pero ahora estoy alegre y animada.

Y este año pediré un ukelele, la casa de ‘Mymy City’ y paz y amor para mis padres, abuelos, tíos, mi hermano, primos, amigos y maestros.

Me despido, Reyes. Un besito, Teresa.