Arrastrar las 31 toneladas y media que pesa ese avión en una base militar de Crimea. Ese era el reto que se había propuesto un levantador de peso ruso con unas cuerdas amarradas a su propio cuerpo.

En el primer intento ha conseguido moverlo, pero ha sufrido importantes lesiones en los músculos y tendones de las piernas. Ha sido en el cuarto cuando por fin ha logrado arrastrar el aparato un metro y doce centímetros de distancia en un tiempo de 40 segundos.

Reto conseguido para este atleta que dice haber encontrado la inspiración en el séptimo aniversario de la anexión rusa de Crimea. La proeza ha quedado además registrada en libro de los récords de Rusia.