Los vecinos de la cantante Ana Guerra llevan muchos años denunciando el ruido que la artista provoca cantando y tocando el piano hasta bien entrada la madrugada . Después de dejarle mensajes en el ascensor e, incluso, llamar a la policía, han decidido cambiar de estrategia.

"Pido a todos los españoles que se descarguen su nuevo disco de Ana Guerra La luz del martes", solicitaba uno de los residentes ante las cámaras del programa Madrid Directo. Aunque en un primer momento justificaba su insólita petición explicando que el álbum era "un discazo" y tenía "canciones buenísimas", después desvelaba sus verdaderas intenciones.

"Quiero que gane mucho dinero, que llegue al número uno para marcharse de aquí, para comprarse un chalet donde pueda cantar todos los días a todas horas.", confesaba el hombre ante las risas del periodista, que no daba crédito a la creativa solución que se les había ocurrido.

El problema de la exconcursante de Operación Triunfo con el resto de habitantes de su edificio viene de lejos y, de hecho, la cantante lo ha contado en numerosas ocasiones tanto en sus redes sociales como en la televisión, cuando narró en La Resistencia cuando la policía fue a su casa a medir los decibelios a las tres de la mañana. Con esta nueva táctica sus vecinos esperan, por fin, deshacerse de la ruidosa presencia de la artista.

Esta no es la primera vez que quienes comparten edificio con la artista de Operación Triunfo muestran su malestar por las horas intempestivas a las que canta o practica con el piano. En septiembre de 2020 la propia artista compartió en una storie de Instagram la nota que le habían dejado en el ascensor en la que se leía lo siguiente: "Por favor, te pedimos dejar de cantar, tocar el piano y hacer tanto ruido a partir de las 00:30 horas. Hay gente que madruga y necesita dormir bien... Gracias". Además, en su reciente paso por La Resistencia, confesó a David Broncano que más de una vez ha recibido la visita de la policía en su casa a altas horas de la madrugada debido a que estaba tocando el piano y los vecinos habían llamado a las autoridades.

Aunque de la última queja de su vecino aún no ha hablado, las otras veces que ha abordado el tema de los problemas que ocasiona en su comunidad lo ha hecho en clave de humor y sin tomárselo demasiado en serio, al menos públicamente.