Las esquelas son una pieza fundamental de la prensa más local. Aunque hayan perdido peso comparado con el que tenían hace unas décadas, siguen siendo importante para enterarse de los fallecimientos de personas de la zona. 

El corte de manga de Sebastián en su esquela no es una burla a la vida ni tampoco a la muerte, simplemente es una forma de honrar su recuerdo como un hombre "guasón".

La original esquela nos lleva hasta Asturias y se publicó en La Voz de Avilés, donde han explicado que Sebastián Márquez Cruz era "un hombre guasón, un padre simpático y un amigo bromista". Por eso, junto al anuncio de su muerte, aparece una fotografía suya con gafas de sol, sonriente y haciendo una peineta, algo muy poco corriente en este tipo de publicaciones: "Mi padre hubiera elegido esa foto, fijo, para despedirse", les ha comentado su hija Toñi Márquez Noriega al diario asturiano.

La esquela que cualquier cachondo querría: con gafas de sol y haciendo el corte de manga

La vida laboral de Sebastián se desarrolló en medio de empresas de montaje de estructuras y hace poco tiempo sufrió un ictus que hizo empeorar su estado de salud. Para despedirle estarán sus hermanas Cati, Leo, Eva y Loli, su hija Toñi, así como sus muchos amigos a los que siempre obsequió con su enorme sentido del humor.

Esquelas para la memoria

Las esquelas ya no son lo eran y cada vez son más las familias ―o los propios difuntos― que usan este espacio para darle singularidad a la despedida del ser querido. Así, nos encontrábamos hace poco la de Eulogio Pernas, que se asomaba en La Voz de Galicia diciendo en primera persona que "lamento tener que comunicar mi fallecimiento", con mucha retranca. También fue famosa María Paz Fuentes, que dejó una lista de invitados VIP a sus exequias; Antonio, que dejó un recado para "hermanos y familia, que no se han preocupado", o Juan José Mariño, quien usó ese espacio para darle las gracias a Messi por hacerlo disfrutar.