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La ciencia le pone nombre a la curiosa enfermedad de contar chistes malos todo el tiempo

La risa, además de ser una herramienta poderosa para aliviar el estrés, puede revelar indicios de trastornos poco comunes que han llevado a los científicos a investigar estas situaciones

La ciencia le pone nombre a la curiosa enfermedad de contar chistes malos todo el tiempo

@Infoarmytv

Las Palmas de Gran Canaria

Contar chistes puede ser un arte para algunos, pero para otros puede ser una compulsión que esconde un trasfondo neurológico intrigante.

La risa, además de ser una herramienta poderosa para aliviar el estrés, puede revelar indicios de trastornos poco comunes, que han sido estudiados por la ciencia.

Los beneficios de la risa

La risa, más allá de su capacidad para alegrar el día, tiene efectos impactantes en la salud a corto plazo. Estimulando diversos órganos y liberando endorfinas en el cerebro, la risa actúa como un mecanismo para reducir el estrés, calmar la tensión y mejorar el estado anímico.

Un grupo de hombres se ríe

Un grupo de hombres se ríe / Freepik

Los efectos físicos y mentales de la risa subrayan su valor terapéutico en la vida diaria, según los expertos.

¿Cómo se llama la enfermedad del chiste?

Tras sufrir derrames cerebrales, un hombre se vio impulsado a contar chistes constantemente, desencadenando una situación desconcertante para su entorno cercano. Su mujer decidió llevarlo a un especialista.

El encuentro con el neurólogo de la Universidad de California Mario Méndez arrojó luz sobre esta peculiar compulsión y sus implicaciones en el procesamiento cerebral.

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Contar demasiados chistes malos es mala señal 💀

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El doctor determinó que su paciente tenía el Síndrome de Witzelsucht, también conocido como la enfermedad de chiste.

La conexión entre el humor y el cerebro

Un estudio realizado por la Universidad de California reveló que el Síndrome de Witzelsucht puede estar vinculado a trastornos neurológicos, manifestándose a través de un impulso incontrolable de hacer bromas constantemente.

Un varón en estado alegre.

Un varón en estado alegre. / Freepik

Las personas que padecen esta enfermedad contaron a los especialistas que tienen el impulso constante de hacer bromas y, por eso, cuentan chistes.

Comprender este fenómeno peculiar no solo abre nuevas perspectivas sobre la conexión entre el humor y la función cerebral, sino que también destaca la complejidad de los procesos mentales involucrados en el sentido del humor.

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