La ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha subrayado este domingo que la cumbre del clima de Madrid "deja un sabor agridulce", pese a que se ha conseguido ese compromiso a aumentar la ambición para luchar contra la emergencia climática.

Ribera ha hecho hincapié en la importancia de que "la acción debe estar avalada por la ciencia y por los informes del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) orientadas a lo que deben ser las acciones venideras.

El acuerdo final denominado "Chile-Madrid Tiempo de Actuar" se ha alcanzado casi dos días después de la jornada prevista para la clausura de la Conferencia (COP25) y tras unas maratonianas negociaciones durante toda la madrugada.

"Ha sido positivo imponer ese compromiso con la agenda multilateral a pesar de las dificultades", y aunque sabíamos que hay grandes países dispuestos a no acelerar la agenda climática, se ha constatado una demanda muy fuerte por parte de la sociedad.

Se ha mostrado satisfecha porque, a pesar de todo, "se ha conseguido un compromiso a reforzar la acción climática a partir de 2020 guiados por la ciencia, que seguramente es la segunda victoria importante que hemos conseguido".

Para la ministra, esta cumbre del clima (COP25) ha sido también una cita de "socialización", ya que ha existido una demanda social como nunca con presencia importante de la sociedad civil de todos los sectores.

Teresa Ribera ha resaltado además la consistencia del acuerdo alcanzado, que "ha sido una victoria de aquellos que defendemos que este sistema debe ser robusto y creíble".

En este punto ha valorado facilitar las herramientas para el cumplimiento de los objetivos que animen a incrementar la ambición oficial de los países, a través del intercambio de cuotas de emisión, "pero no a cualquier precio", ni trasladar hasta que punto esas cuotas intercambiadas tienen detrás una realidad diferente.

"Los principios de integridad ambiental y de vigilancia de esas emisiones de gases de efecto invernadero son fundamentales para la credibilidad del conjunto del sistema y para Europa que ha tardado en fijar un sistema robusto y creíble como el que es", ha detallado.

"Compromisos contundentes"

Al final del plenario de clausura de la cumbre, y ante un gran número de periodistas, la ministra ha incidido en que la cumbre ha tenido un sabor "agrio" porque nos hubiera gustado completar el trabajo en torno a mercados y que el libro de reglas del Acuerdo de París hubiera quedado definitivamente cerrado.

En este punto -Ribera, quien ha resaltado el trabajo tan duro realizado durante la madrugada, ha manifestado que le hubiera gustado escuchar "compromisos más contundentes y serios" por parte de las grandes economías, "compromisos, sin embargo, que no he oído con mucha concreción".

Aún así -ha continuado Teresa Ribera- se ha impuesto esa convicción plasmada en la decisión de que "hay que hacerlo en el concepto de la emisión de las contribuciones nacionales el próximo años con Naciones Unidas".

A su juicio es importante el camino abierto a esas llamadas a la emergencia, ante la insistencia de algunos en no hacerlo, y ha calificado como "sumamente importante", que la Unión Europea llega preparada con un compromiso por parte del Consejo Europeo con respecto a la neutralidad climática en el 2050.

Durante la valoración que ha hecho de esta cumbre, la más larga de la historia de las COP, ha incidido en que la ciencia conecta con esta conferencia -a pesar de las cautelas de algunos a través de mensajes sutiles-, y ha valorado el camino abierto entre océanos y clima y suelos y clima.

Es necesario hacer una llamada a consolidar sinergias entre biodiversidad, protección de ecosistemas, capacidad de resiliencia y mitigación del cambio climático a través de soluciones basadas en la naturaleza.