La Comisión Europea, comandada por Ursula von der Leyen, quiere que para 2030 se hayan reducido las emisiones contaminantes de la Unión Europea en un 55% respecto a los niveles de 1990, un objetivo más ambicioso que el que había fijado antes de su llegada, cuando la reducción esperada era del 40%. En esa línea, Europa vuelve a fijarse en los coches para conseguir su objetivo proponiendo un incremento de la reducción de emisiones de CO2 de los vehículos en 2030, pasando del 37,5% contemplado hasta ahora hasta el 50% respecto a los niveles de 2021.

Esta propuesta figura en un comunicado enviado por la CE al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité Europeo de las Regiones y, según Frans Timmermans, vicepresidente responsable del Pacto Verde, está basada en "una evaluación de impacto integral en los ámbitos sociales, económicos y ambientales". Según la normativa actual, de finales de 2018, la reducción de emisiones de los vehículos debía ser del 15% en 2025 y del mencionado 37,5% en 2030. La CE considera que sus ambiciones son "realistas" gracias a las nuevas tecnologías, a la electrificación y nuevas propulsiones como el hidrógeno.

Fin de la prórroga de las emisiones de NOx

El óxido de nitrógeno (NOx) es uno de los compuestos que emiten los vehículos al circular, más los diésel que los gasolina. Dañino para la salud de las personas, el NOx se hizo famoso a raíz del 'dieselgate', el escándalo del software de reducción de emisiones protagonizado por Volkswagen. Fue durante el revuelo causado por el caso, cuando los fabricantes de automóviles pidieron a Europa una prórroga de los límites legales de emisiones de NOx alegando que no los podían cumplir, firmándose en 2016. Esta relajación de los límites permitía unas emisiones 2,1 veces más elevadas de lo fijado hasta finales de este año, y un 43% más a partir de 2021 hasta una fecha sin concretar.

El Parlamento Europeo quiere suprimir esta prórroga y ha votado que se elimine gradualmente hasta septiembre de 2022. No obstante, pese a la voluntad de los miembros del Parlamento, ahora son los países miembro los que deben aprobar esta medida. Desde la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) piden a los ejecutivos europeos que apoyen la decisión tomada por el ente comunitario para acabar con la que han calificado como "licencia para contaminar" de los fabricantes de coches. "Permitir que los fabricantes de automóviles contaminen más porque sus vehículos están contaminando es como decirle a la policía que se retire porque los ladrones ya están en el banco", ha lamentado Alex Keynes, responsable de vehículos limpios de T&E.