Han pasado 30 años, pero Antonio Cubillo se acuerda de todo. "Dañaron seriamente mi movilidad, pero no me tocaron la cabeza", dice. Tarde noche del 5 de abril de 1978. Cubillo acaba de llegar a su residencia en un piso de la avenida de Pekín, en su exilio de la localidad argelina de Almuradieh. Va a tomar el ascensor. "Aparecieron dos personas vestidas de negro.

Los saludé en francés. Pero, de repente, se abalanzaron sobre mí", recuerda, para añadir: "Uno me cogió por detrás, mientras el otro me rajó literalmente con una navaja de arriba abajo. Menos mal que en ese momento entró un vecino del cuarto, que se llamaba Okpi, un funcionario que medía dos metros. Yo caí varios escalones, los dos agresores huyeron y Okpi me atendió. Recuerdo perfectamente que se me salieron las tripas y que yo mismo las sujeté y me las metí".

Ayer se cumplieron tres décadas del único caso en España en el que la justicia emitió condenas en firme por terrorismo de Estado. Antonio Cubillo Ferreira, líder del Movimiento para la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac), resultó herido de gravedad al ser atacado por dos mercenarios contratados por el Gobierno español. Cubillo se salvó, como él mismo dejó claro, "además de por la irrupción de Okpi en el edificio, porque aquella tarde se televisaba el partido de fútbol entre las selecciones de Argelia y Hungría y no había apenas nadie en la calle. La ambulancia pudo evacuarme a tiempo al no haber tráfico". "Me quedé muy jodido, claro. Llevo desde entonces valiéndome de muletas por una parálisis parcial. Pero mire, aquí sigo".

Los independentistas capitaneados por Cubillo habían abierto las vías política y terrorista tres años atrás, en un periodo de máxima tensión nacional: Franco había muerto, el país se enfrentaba a los murmullos continuos de los sables golpistas y, mientras, completaba una complicada transición hacia la democracia. Aunque las decenas de atentados de las autoproclamadas Fuerzas Armadas Guanches fueron más bien esporádicos y apenas pasaban de causar daños materiales, esta actividad empezó a despertar preocupación entre las autoridades gubernativas. En medio, Argelia, agraviada por la decisión de España de vender el Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania, decidió responder dando cobertura al Mpaiac y autorizando las emisiones de la emisora de radio La Voz de Canarias Libre, dirigida por el propio Cubillo desde Argel.

Pero el hecho que hizo saltar las alarmas fue el proceso de descolonización iniciado por Cubillo con el apoyo de gran parte de los estados de la Organización de la Unidad Africana (OUA). De hecho, dos días después del atentado frustrado el líder del Mpaiac tenía previsto encontrarse en Roma con el ministro de Exteriores de Camerún y entonces secretario general de la OUA, William Eteki Mboumua, para desplazarse ambos a Nueva York a fin de exponer el caso de Canarias ante el Comité de Liberación de la ONU, que debía declarar el Archipiélago "territorio no autónomo".

"Siempre digo que nací aquel 5 de abril de 1978", comentó este abogado que reside en Santa Cruz a punto de cumplir los 78 años, que adelantó que celebró la efeméride "tomándome una copita" en la intimidad. El atentado de Estado no logró acabar con él, pero sí fue un golpe definitivo contra un movimiento independentista que siempre fue tildado de frágil, minoritario y estrafalario. Tanto tiempo después, Cubillo sigue soñando con aquel anhelo. Incluso, dice que va a intentar reabrir el proceso ante la ONU "para que en 2010 se inicie la descolonización".

El Mpaiac fue reconocido internacionalmente por primera vez en Argel durante la VI Conferencia de Jefes de Estado de la Organización de la Unidad Africana (OUA) de 1968. La Conferencia hizo una declaración el 20 de julio de ese año, a través de su secretario general, Diallo Telli, de Guinea-Conakry, donde se decía que Canarias "es una parte integrante" del continente africano y su pueblo "tenía derecho a la autodeterminación y a la independencia como todos los pueblos colonizados". En esa declaración se reconoció también al Mpaiac como representante de esta corriente de liberación canaria.

Antonio Cubillo fue tejiendo el movimiento amparado en un ambiente proclive a las tesis independentistas que incluso penetraron mucho en los sectores izquierdistas, mientras iba cobrando protagonismo en las luchas obreras y en la oposición a la dictadura franquista, hasta que se produjo un segundo episodio decisivo. La noche del 2 de diciembre de 1975, a la vez que marroquíes y mauritanos ocupaban el Sahara Occidental incumpliendo el periodo de transición acordado y obligando a una evacuación forzada, comienza a emitir desde el exilio de Cubillo en Argel La Voz de Canarias Libre, un programa de radio de media hora réplica de La Voz del Sahara Libre. El uso de la radio como medio de propaganda era una idea que Cubillo había abrigado desde 1962.