Francisco Hernández Spínola, vicesecretario general del PSC-PSOE y presidente del Grupo Socialista en el Parlamento regional, presentó ayer de manera inesperada su renuncia a ambos cargos. La dimisión de Spínola, número dos del partido, es un nuevo episodio de la guerra interna que sufre el socialismo canario desde que se convocara el congreso del otoño, para el que resta apenas mes y medio. Ese proceso ha venido marcado por tensiones entre el presidente del PSC y alcalde de la capital grancanaria, Jerónimo Saavedra, y el secretario general del partido, Juan Fernando López Aguilar, o por la dimisión de Santiago Pérez como secretario del Grupo.

En un comunicado remitido ayer a los medios, Spínola explica que la "crisis de confianza" entre él y el líder del partido, López Aguilar, hace imposible su permanencia en los dos cargos. Ni Spínola ni López Aguilar quisieron ayer comentar esta dimisión.

Esta situación de "quiebra", dice Spínola, "es incompatible con el normal ejercicio de las funciones que tengo asignadas". "En estos momentos", agrega, "no se dan las condiciones necesarias para el normal desenvolvimiento de la dirección del Grupo Parlamentario ni de las responsabilidades inherentes a la vicesecretaría general", prosigue la nota hecha pública a primera hora de la tarde.

Con todo, puntualiza que permanecerá en ambos cargos hasta ser sustituido. Spínola llevaba ocho años en la vicesecretaría general, primero con Alemán y más tarde con López Aguilar. Ha ocupado también responsabilidades públicas en varios ministerios, sobre todo con Jerónimo Saavedra, uno de sus primeros mentores en el partido.

La dimisión fue respondida de forma airada por algunos miembros de la ejecutiva que no quisieron dar sus nombres, aun entendiendo las razones que le han llevado a ella. Algunos dirigentes se atrevieron a más; enviaron mensajes de móvil a Spínola -quien se mantuvo incomunicado todo el día- con calificativos gruesos hacia la actitud del ex vicesecretario general. Estos dirigentes consideran que si Spínola llevaba tiempo incubando esta salida, podía haber esperado unas semanas y haber evitado la imagen de cisma en la dirección que ofrecen el partido.

Fuentes de la ejecutiva socialista dijeron que en las últimas semanas se intentaba convencerlo para que aplazara su relevo hasta el congreso. El ex vicesecretario general hace tiempo que no trabaja "cómodo" con López Aguilar. Otras fuentes apuntan a que Saavedra estaría detrás de la operación de Spínola, algo en lo que no coinciden otros miembros de la dirección del PSC.

Estas fuentes señalan que Spínola, "estaba harto de Juan Fernando López Aguilar". El alcalde capitalino, consultado ayer por este periódico, se negó a realizar comentario alguno entre risas, aunque en medios socialistas se asegura que la dimisión le cogió por sorpresa e incluso la criticó por "inoportuna".

Hay una coincidencia general entre los dirigentes consultados en que el momento de la dimisión "es absolutamente inconveniente. Sin duda pudo y debió esperar". De cualquier modo, el beneficiario de la dimisión del número dos del partido es precisamente Saavedra, única cabeza visible que se opone frontalmente a la continuidad de López Aguilar en la secretaría general.

Otros dirigentes se opondrían también a ello, pero desde la barrera. Una fuente recordó que en mayo pasado, "un amplio sector" de la dirección pidió a José Blanco que retirara a López Aguilar de Canarias. También que se celebró una "comida de reflexión" en el domicilio de Augusto Brito para tomar decisiones sobre el futuro de López Aguilar. "Es un magnífico candidato, pero un pésimo secretario general. Curiosamente con Alemán ocurría a la inversa", señalaron.

En los últimos meses las relaciones de López Aguilar y Spínola se habían agrietado. El secretario general lanzó un ultimátum público a Spínola a través de LA PROVINCIA/DLP: le exigió un pronunciamiento expreso de apoyo al secretario general. Otras fuentes de la dirección del PSC apuntan también a que la actitud socialista ante la escalada de insultos e improperios de El Día hacia Gran Canaria ha sido otra de las razones de divergencia. No hay coincidencia entre las fuentes consultadas sobre esta circunstancia. López Aguilar, quien llamó "cobarde" a Paulino Rivero por negarse a salir en defensa de Gran Canaria frente a ese diario, era partidario de llevar la protesta hasta el mismo Parlamento, lo que Spínola habría desaconsejado, aunque este extremo no ha sido confirmado.

El ya ex vicesecretario general seguirá trabajando, no obstante, como diputado en el Parlamento "para que el PSC sea una referencia de cambio en la sociedad canaria" y anuncia, paradójicamente, que continuará "apostando por la misma estrategia política que ha llevado al PSC-PSOE a ser la primera fuerza política de Canarias y a defender un proyecto reconocible y distinguible de sus adversarios políticos".

La modulación de esta estrategia es precisamente otro de los motivos de rivalidad entre Saavedra y López Aguilar.