Luces en el vacío, de los arquitectos grancanarios Juan Velázquez e Iván Rodríguez, es la escultura elegida para ser el monumento en recuerdo de las víctimas del vuelo JK-5022 . La propuesta ganadora, un cubo de acero cortén, de 2,20 por 2,20 metros, perforado con 154 agujeros por los que entrará la luz y con los que se representa a cada uno de los fallecidos, se erigirá detrás de La Puntilla el próximo 20 de agosto de 2010, fecha del segundo aniversario de esta tragedia.

Los dos ganadores del concurso convocado por el Cabildo de Gran Canaria, junto a la portavoz de la asociación de familiares y afectados del accidente de Barajas, Margarita Henríquez, y el director insular de Artes Plásticas, Federico Castro, dieron a conocer ayer en rueda de prensa la idea seleccionada. "Pretendemos recordar a los ausentes mediante un objeto elevado que mira al mar, al universo, que nos tiende una mano para acceder a él si queremos y si estamos preparados para experimentar un breve momento de sosiego, de paz interior y de sobrecogimiento", señaló Juan Velázquez.

La idea arquitectónica seleccionada ha sido generar un vacío simbolizando la ausencia. Para ello se ha dispuesto un cubo de acero cortén elevado sobre una base de hormigón armado accesible desde uno de sus lados mediante una rampa. Tres de las paredes las conforman láminas perforadas por las 154 aberturas en honor a cada ausente. El coste de su creación e instalación ronda los 30.000 euros.

EN EL FIRMAMENTO. Margarita Henríquez, emocionada tras conocer el significado de la escultura, mostró su satisfacción "porque representa a cada uno de los ausentes, la intimidad de cada familiar que quiera permanecer en él y la entrada de la luz que se iluminará como estrellas, en donde pensamos que están los nuestros, que es en el firmamento".

La propuesta ganadora se expondrán a partir del 15 de diciembre en el Centro Insular de Artes Plásticas, junto a la de los otro cinco finalistas: Vela y llama, de Máximo Riol; Ausente, de Cristian Ferrer; Empatía, de Francisco Suárez; Sueño junto al mar, de Salvador Gil; y La Puerta, de Francisco Pérez.