Del relato de los testigos caben dos conclusiones claras: que fue el hijo del senador quien prendió la mecha por su actitud grosera, chulesca y hasta violenta con las chicas del local; pero también que fue el padre consentidor, que no le dijo ni mu al joven por sus desmanes, el que acabó sumándose a la gresca en una refriega con otro cliente y algunas de las chicas insultadas. Ambos, padre e hijo, los dos bastante bebidos según los testigos, hicieron luego piña en el exterior del local en la discusión y enfrentamiento con la policía, episodio que se he remitido al juez por un presunto delito de atentado a la autoridad.

Para cuando Curbelo y su hijo abandonaban la comisaría el jueves a primera hora de la tarde, todos sus compañeros de partido y parlamentarios canarios en Madrid ya estaban al tanto de la noticia y, tras conocer los pormenores del suceso, se preguntaban entre ellos cómo era posible que un político "listo y experimentado" como él se hubiera dejado arrastrar hasta un episodio que le puede salir caro personal y políticamente. Quienes más le conocen consideraban "increíble" una actitud violenta en alguien como él. Y desde luego se extrañaban de que quien lleva al frente del cabildo de La Gomera desde hace 20 años y ocupa un escaño en el Senado desde 1993 se hubiera dejado arrastrar por una dinámica de bronca hasta llegar a enfrentarse a la policía con insultos y golpes.

Curbelo mantiene que el agredido e insultado fue él, mientras que los agentes policiales que se vieron envueltos en el suceso han presentado partes de lesiones que constan en el atestado realizado por la policía y que ha sito remitido a un juzgado madrileño.