El PSC herreño se dividió ayer y, ante las dudas, decidió no dar el visto bueno a la moción de censura presentada por sus cinco representantes en el Cabildo con el objetivo de desalojar de la presidencia a la nacionalista Belén Allende. Deberá ser ahora el comité insular, que se convocará para mañana viernes, el que finalmente determine, una vez escuchada a la militancia, si continúan adelante con la moción o, como les ha exigido la ejecutiva federal, se retractan y la retiran.

La reunión del comité insular se llevará a cabo pese a que en el PSC herreño, según explicaba ayer su secretario insular, consejero y diputado, Alpidio Armas, son consciente de que están ya fuera del plazo establecido por Ferraz para evitar la expulsión de los consejeros.

"El plazo es lo de menos", señaló Armas tras la reunión de casi tres horas celebrada en Valverde. "A lo que no estoy dispuesto es a que se parta el partido en dos. Que se decida lo que tenga que decidirse, pero que sea con el mayor consenso posible".

Los herreños tenían de plazo hasta anoche para avenirse a las razones que Ferraz colocó sobre la mesa el lunes pasado, en la reunión que mantuvieron en Madrid el secretario de los socialistas herreños, diputado y líder de los censurantes, Alpidio Armas, con el responsable de organización del PSC-PSOE, Julio Cruz, y varios miembros de la dirección federal. Entre ellos, Gaspar Zarrías, secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica, cuyas "consideraciones", apuntó ayer Armas, fueron las que se sometieron al debate de los 34 miembros de la ejecutiva insular.

"Zarrías fue firme sobre la inconveniencia de seguir adelante con la moción. Insistió en que no hay razones y en que el momento que hemos elegido no le va bien al país, por las actuales las circunstancias económicas y por la convocatoria de las elecciones, y tampoco a la región, por el Pacto de Gobierno", señaló Armas. "Eso me dijo y eso es lo que les trasladé a mis compañeros, tal y como me comprometí".

Armas explicó que aproximadamente el 50% de los 34 miembros de la ejecutiva entendió que había que atender las consideraciones de Madrid frente a la otra mitad que apuesta por la mantener la censura, haciendo prevalecer los intereses insulares a los autonómicos y generales. "No hay una postura unívoca y sí la posibilidad de que el partido se rompa" en la isla, a dos meses de la convocatoria electoral del 20-M y después de que el 90% de los militantes ha amenazado con solicitar la baja voluntaria en cuanto Ferraz haga efectiva la expulsión de los cinco censurantes.

Tanto en Canarias como en Madrid, a donde se trasladó ayer por la tarde el secretario general del PSC-PSOE, José Miguel Pérez, se daba ya por hecho que la ejecutiva herreña respaldaría la moción. Ninguna de las declaraciones públicas efectuadas por Armas durante la mañana hacía prever lo contrario. Por lo que estaba previsto que hoy mismo se ejecutara el expediente de expulsión y se notificara al Cabildo para, que función de la aplicación de la reforma de la ley electoral, intentar bloquear la censura.

Ante el retraso en la resolución, la incógnita es si el PSOE permitirá una prórroga para salvar la situación y evitar que la moción herreña sea el primer golpe al Pacto de Gobierno CC-PSOE firmado en junio.

El presidente del PP en Canarias, José Manuel Soria, aseguraba ayer que la censura se hará y advertía que "hay alguna que otra cosa en otro lado".