Una decena de minutos separan a Coalición Canaria de Gran Canaria de sus ex compañeros de Nueva Canarias. El comité político insular de CC dio la noche del jueves su no a la alianza electoral negociada durante el último mes por ambas formaciones y que hoy deberá ser ratificado por los dos comités políticos nacionales.

La mesa negociadora -en la que participan Javier González Ortiz, Fernando Bañolas, Antonio Castro Cordobez y José Miguel Barragán por parte de CC y Pedro Quevedo, Carmelo Ramírez, Inés Jiménez y Pedro Justo por la de NC- cerró esta semana el documento de la alianza denominada Acuerdo por Canarias, el programa electoral y el reparto de candidaturas sin que en las reuniones previas de CC, en ejecutivas y comités permanentes, nadie, de ninguna isla, mostrara su desacuerdo. Pero la noche del jueves fue otra cosa.

La reunión informativa en la sede de Buenos Aires, en la capital grancanaria, se convirtió en un suplicio para Bañolas. El presidente insular de CC y consejero en el Cabildo merced al pacto PP-CC-CCN defendió la propuesta y prácticamente se quedó solo.

Aproximadamente el 85% de los miembros del comité -órgano formado por representantes de las agrupaciones locales, jóvenes de CC e integrantes de la dirección insular- mostraron su desacuerdo. Entre ellos María del Mar Julios, exvicepresidenta y exconsejera de Sanidad, y Jorge Rodríguez, viceconsejero de la Presidencia, pusieron pegas no a la alianza ni al camino emprendido hacia la reunificación nacionalista y sí al reparto establecido de las cabeceras de lista para el 20-N y, haciendo un esfuerzo de imaginación, a la distribución de los tiempos de intervenciones hipotéticas en comisiones y plenos parlamentarios que se apunta en el documento marco.

El acuerdo, tal y como se ha establecido, da ventaja a NC y deja en la cuerda floja a CC en Gran Canaria, según la tesis de que mantienen buena parte de los miembros de la agrupación de Coalición en Las Palmas de Gran Canaria, Arucas, Telde, La Aldea o San Bartolomé de Tirajana.

A tenor de lo que han venido explicando los portavoces de ambas formaciones, Barragán y Quevedo, el reparto de los carteles electorales se ha establecido en función de los resultados obtenidos por cada partido en las dos provincias. Así, para el Congreso de los Diputados, por la circunscripción de Santa Cruz de Tenerife encabezará CC y en Las Palmas lo hará NC por una simple aplicación numérica: Nueva Canarias logró en los comicios autonómicos del 22 de mayo pasado 62.658 votos frente a los 60.212 de Coalición.

Los disidentes exigen, si embargo, que el cartel en Las Palmas se elija por consenso y reclaman también que los tiempos ante el resto de parlamentarios de la Cámara baja no se establezcan en un 66% para el candidato de NC y el 33% para el de CC, segundo en la lista. Plantean que si la diferencia entre las dos fuerzas en la provincia fue de unos escasos 2.000 votos -en Gran Canaria hay una distancia de 18.962 sufragios- ese reparto de minutos debería equilibrarse. Ello, claro, en el supuesto de que el Acuerdo por Canarias logre al menos dos representantes en las islas orientales.

"Nuestro compromiso es lo que establece el documento para la alianza. No vetaremos a nadie, pero tampoco vamos a consensuar ningún nombre", sentenció ayer el secretario de organización de NC, Carmelo Ramírez. El nombre en discusión es el de Pedro Quevedo, secretario de comunicación de NC y concejal en la oposición en el Ayuntamiento capitalino.

En agua de borrajas queda, pues, el planteamiento de contexto de crisis económica y de necesidad de defensa de los intereses del Archipiélago en el que se cimenta el acuerdo electoral. Y no solo para CC, en NC también hay una oposición manifiesta en contra de pacto. Curiosamente las voces discordantes proceden de los graneros de votos de la formación: Santa Lucía de Tirajana y Agüimes.

En la ejecutiva nacional de Nueva Canarias, celebrada el pasado martes día 13, los representantes de Santa Lucía votaron en contra de la alianza igual que un número importante de miembros de la agrupación palmense. Ayer la coordinadora de Roque Aguayro -partido localizado en Agüimes e integrado en NC- decidió que, aunque es positivo encaminar los pasos hacia la "refundación de nacionalismo canario progresista, este se debe plantear desde un debate "serio, riguroso y no meramente coyuntural" como son las elecciones.

Sea como fuere parece que la decisión está tomada y hoy ambos partidos darán el espaldarazo definitivo a la alianza para que la firma pueda llevarse a cabo con todo el protocolo, según el calendario establecido, el lunes. A partir de entonces la foto más buscada será la de Román Rodríguez y Paulino Rivero compartiendo de nuevo el mismo paraguas seis años después de la escisión nacionalista.

Ramírez entiende que la propuesta cuenta con el apoyo de una "amplia mayoría" en el comité político de su partido; en CC la opinión de su secretario de organización, José Luis Perestelo, es la misma. "La decisión mayoritaria que se adopte será la que prevalezca", dijo al tiempo que recordó que los estatutos de la organización establecen que cuando no exista unanimidad en el comité la decisión la mayoría cualificada.

Con todo, la dirección de CC espera que en Gran Canaria recapaciten. Una hora antes de la reunión del comité político nacional tendrán otro insular con el objetivo de establecer una posición firme.

La alianza quiere obtener entre tres y cuatro escaños con el objetivo de lograr grupo político propio en la Cámara en 20-N. Los minutos para el acuerdo están en tiempo de descuento.