H ay dos banderass canarias en el imaginario insular. Una, la oficial, muestra a los siete canes encollarados alrededor de una corona real de oro, la enseña oficial de la Comunidad Autónoma según el Estatuto de Autonomía. La otra, la que formaciones como Coalición Canaria, el Partido de Independientes de Lanzarote, Intersindical Canaria y otras organizaciones de corte nacionalistas utilizan en sus sedes y en sus campañas, como es el caso del vídeo de apertura de CC de cara a las generales, también es tricolor con las franjas blanca, azul y amarilla, pero en este caso destacan las siete estrellas verdes, un asunto que ha provocado recientes ladridos.

La irrupción de este emblema del independentismo y el nacionalismo canario se debe a una persona concreta: Antonio Cubillo, fundador del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC). Su inclusión la decidió él en apenas unos días y después de que nadie se pusiera de acuerdo en el seno del movimiento. Fue en Argel en 1964 y en la constitución del MPAIAC, que incluye la bandera en sus estatutos. Todo ocurrió de una manera un poco casual. Los representantes de naciones y territorios que participaban en un congreso donde Cubillo quería dar publicidad a sus tesis le plantearon que no tenía nada que hacer si no le cambiaba el nombre al partido (Movimiento Autonomista Canario hasta entonces), hacía referencia expresa a la independencia y, desde luego, hacía ondear una bandera propia.

Cubillo tenía en la cabeza la llamada Bandera del Ateneo de 1909, un recuerdo de las historias que le contaba su abuela. Este distintivo representaba a las siete islas con siete estrellas blancas sobre fondo azul de acuerdo con su ubicación sobre el mapa. Sin embargo, se considera como la primera bandera de Canarias al Estandarte Real de Canarias, conocida también como Bandera General y que data del siglo XVI, aunque se trata de una referencia muy lejana que pierde la estela de la ideada por Cubillo. Sí sirve de referencia anterior a la del MPAIAC la bandera que uniendo los colores de las banderas de las dos provincias diseñó el Movimiento Canarias Libre y que hizo ondear el siete de septiembre de 1961, en la víspera del Pino, con el revuelo social y político. Incluyó por primera vez los colores actuales, aunque con otra anchura y sin perros ni estrellas. Esta disputa vendría más tarde.