- ¿Cree que el electorado ha castigado a CC el 20-N por su apoyo a Zapatero en Madrid?

- Creo que CC ha tenido resultados muy negativos en toda Canarias, pero señaladamente en Tenerife, que es donde está la madre de todas las Coaliciones, ATI. Estos resultados demuestran el agotamiento del proyecto además porque en Tenerife ATI, desde siempre, ha compartido el espacio conservador con el PP y ese espacio, que tiende a colocarse del lado del PP en las elecciones generales, ahora lo ha hecho con mucha más razón porque le reprochan a Oramas y a CC el respaldo que le ha dado a Zapatero. El PP sabía muy bien lo que hacía cuando colocaba vallas por ahí con Oramas mirando con arrobo a Zapatero.

- Bueno, CC justificó ese apoyo como una cuestión de Estado.

- Yo creo que CC se vio forzada a pactar con Zapatero consciente del riesgo, que finalmente se los ha llevado por delante, porque las contrapartidas no tenían nada que ver con la política española. Tenían que ver con la política canaria y con aquello que es sagrado para ATI y para CC, que es estar en el poder.

- ¿Y al PSOE en Canarias le ha pasado factura la crisis o también el pacto con CC?

- No se puede despreciar la trascendencia de la crisis económica, pero por importante que sea no es un factor que actúe matemáticamente desgastando al Gobierno. Depende de cómo los gobiernos la afronten y si un gobierno progresista, presionado por la situación, tiene que dar marcha atrás en muchos planteamientos debe explicarlo bien y con humildad, no sacando pecho y convirtiéndose en paladín de todas las cosas que están en la agenda de la derecha, que es lo que ha hecho Zapatero. Eso en Canarias se ha visto además agravado por la situación desdibujada del partido. Un Partido Socialista que no representa ante la ciudadanía lo que tiene que representar como consecuencia directa de una estrategia premeditada de la dirigencia del Partido Socialista Canario, de una camarilla, que asumió un día la consigna impartida por Jerónimo Saavedra de que no importan los resultados electorales sino estar en el Gobierno.

- ¿Debería dimitir la dirección del PSC tras perder casi 165.000 votos?

- A mí me gustaría que esa camarilla asumiera sus responsabilidades en serio, no de boquilla. Y asumir responsabilidades significa dimitir y abrir un proceso no controlado por ellos para que el Partido Socialista Canario decida libremente su nuevo rumbo. Eso es lo que me gustaría que ocurriera, pero es poco probable. Están diciendo con lágrimas de cocodrilo que van a llamar a los progresistas. A los progresistas no se les llama con un móvil ni haciendo señales de humo, se les llama cambiando de política, y para eso no valen los mismos.

- Pero el PSC en la actualidad está en muchos gobiernos locales y en el canario con José Miguel Pérez de vicepresidente.

- José Miguel Pérez lo que está poniendo de manifiesto es que él es un profesional del poder. No ha ganado una, ni cuando el PSOE gana ni cuando el PSOE pierde. Pierde cuando el PSOE gana y por goleada cuando el PSOE pierde.

- Sus planteamientos coinciden con los de Juan Fernando López Aguilar ¿cree como él que debe gobernar quien gane las elecciones?

- Yo no sé quién tiene que gobernar, lo que sí sé es que es muy malo que en Canarias la fórmula para estar en el Gobierno sea perder. Un gobierno formado por los que pierden es un Gobierno sin autoridad, es un gobierno de náufragos. Canarias tiene en estos momentos un gobierno de náufragos y hay que decirlo así, perdieron las elecciones autonómicas y perdieron las generales. Siempre he sido partidario de que quien gana las elecciones esté en el Gobierno y lo esté en una posición influyente aunque no lo presida. Lo que no puede ocurrir es que la regla sea la contraria y que formen el Gobierno los que pierden.

- ¿Se romperá el Pacto?

- No, y no habrá crisis en el gobierno de Canarias porque este es un gobierno de náufragos. Paulino Rivero y José Miguel Pérez están agarrados al mismo salvavidas y además necesitan que los dos sigan soplando para que el salvavidas no se desinfle. Ahora tienen mucho más en común: la propia supervivencia.