Un oficial de la Policia Judicial y un inspector vigilaron un encuentro de Miguel Zerolo y Ana Oramas en el Casino de Santa Cruz de Tenerife el 30 de enero de 2007 a las 10.40 horas. Una hora antes, los agentes interceptaron una conversación telefónica entre el exalcalde de la capital tinerfeña y la en aquel entonces alcaldesa de La Laguna, ambos de Coalición Canaria.

"En la línea de ocultación de ciertas citas", explican los agentes en un informe que aparece en el sumario ahora abierto, "se produce una conversación entre Ana Oramas y Miguel Zerolo. Oramas le dice que está yendo a ver a una tercera persona y Zerolo le indica que él también se puede escapar diez minutos en Santa Cruz. Ana le contesta que va a ir a ver a este hombre en persona y que ya le avisará. Se percibe un tono de ansiedad en la voz de Miguel Zerolo. Esta circunstancia y el hecho de que intenten mantener el encuentro en secreto en todo momento denotan la importancia de la cita", añade el documento.

A partir de dicha conversación y otras que se van sucediendo, la policía monta sobre la marcha el dispositivo de vigilancia.

Zerolo aparece a las 10.40 horas en la plaza de La Candelaria, en pleno centro de la capital, acompañado de dos escoltas vestidos de paisano. El político entra solo al Casino. A las 10.45, Oramas abandona el club privado.

El informe detalla incluso la vestimenta de la exalcaldesa y ahora diputada nacional de CC: pantalón verde manzana, chaqueta marrón y camiseta blanca. El parte añade que efectúa una llamada telefónica. Unos minutos después, vuelve a entrar en el Casino y al cuarto de hora sale acompañada de Zerolo y un varón de unos 60 años, vestido de sport. El acompañante cruza la mirada con los dos políticos y se marcha sin mediar palabra.

Los agentes detallan que el hombre cogió un taxi (incluso añaden la matrícula e informan de que contactaron con la conductora), del que se apea a la altura de la plaza de Toros, mientras que Oramas y Zerolo se dirigen juntos a la sede del Parlamento de Canarias, a apenas 300 metros.

"No se ha podido identificar a esta persona ni determinar la vinculación con la reunión objeto de control", concluyen los policías.

Un día más tarde, en otra llamada intervenida al exregidor chicharrero, Oramas se interesa por saber si la persona con la que se reunieron ha contactado con él. "¿El otro día señales de vida? ¿El de ayer?", le pregunta, eludiendo dar más datos. Zerolo responde que "no" y Oramas zanja la conversación con un sintético "bueno".