El presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Sebastián Grisaleña, pidió ayer a las administraciones públicas -Gobierno autónomo, cabildos y ayuntamientos- que no sean un "obstáculo" para la inversión. "Necesitamos una Administración pública que no busque excusas o impedimentos que retrasan la inversión y frenan nuestra competitividad. Déjennos invertir en nuestra tierra. Déjennos crear riqueza y empleo", subrayó el presidente de la patronal de Las Palmas.

La CCE celebró ayer en el Auditorio Alfredo Kraus su tradicional cóctel por las fiestas navideñas. En su discurso, Grisaleña lanzó severas críticas al sector público por su "competencia desleal" al seguir creando empleo durante la crisis, mientras se han destruido 128.000 puestos de trabajo en el sector privado. También amonestó a la Administración por "asfixiar" a las empresas al no pagar sus deudas con los proveedores. Y para terminar, Grisaleña acusó a las instituciones de provocar un "caos sin sentido" de leyes y normas reguladoras.

El único resquicio para la esperanza lo puso Grisaleña en la reunión celebrada el pasado martes con el presidente Rivero, de la que dijo que tienen "el compromiso del Gobierno para desbloquear inversiones y para aligerar la maraña burocrática", que entorpece para "materializar los proyectos". Fue en este momento de su intervención cuando el presidente de la patronal lanzó el guante al presidente del Ejecutivo regional: "Le tomo la palabra, señor presidente".

Crisis empresarial

Grisaleña dibujó la situación por la que pasan las empresas: "Los empresarios lo estamos pasando mal, con muchas preocupaciones y quebraderos de cabeza". Por ello, la patronal defiende que la única solución para salir de la crisis y para generar puestos de trabajo es que se faciliten las cosas a las empresas, que deben convertirse en el "eje" de la política económica y en la "palanca" de lanzamiento de la recuperación. "La solución no está en que el sector público sustituya a la empresa privada en la creación de empleo", advirtió.

El máximo dirigente de la CCE defendió la "ética y valores" de los empresarios, que son conscientes de la situación actual y solidarios. Para Grisaleña, los "egoísmos ya son anécdotas" y rechazó que la reforma laboral que piden las patronales sean para despedir, sino al contrario, para tener mayores facilidades en la contratación. "Desde que nos den un mínimo resquicio para contratar, un marco competitivo y unas reglas del juego idénticas a las de aquellos con los que jugamos, nuestras empresas, pymes y autónomos responderán", aseveró.

En el discurso navideño de los empresarios no faltaron las alusiones al Régimen Económico y Fiscal (REF) y los problemas con los que se han encontrado para invertir los fondos acumulados en la Reserva para Inversiones (RIC). Por eso, Sebastián Grisaleña apeló a actuar con celeridad "para diseñar un buen REF desde 2014" y pidió, tras año y medio de reclamaciones de consenso, que los agentes sociales y económicos se sienten cuanto antes para abrir el debate sobre la estrategia a seguir.

Grisaleña finalizó la intervención pidiendo a los políticos más eficacia y profesionalidad en su gestión, llevar a cabo las reformas pendientes y reducir el coste del sector público aprovechando mejor la colaboración público-privada.