- ¿Le expresan sus clientes empresarios la inquietud por la dificultad para poder invertir?

- En Canarias siempre ha habido grandes ventajas fiscales para la inversión. Esto hoy en día está en entredicho. Hemos visto esta semana en el Parlamento la aprobación de la proposición no de ley que han sacado para la Reserva de Inversiones para Canarias (RIC), que está muy bien, pero, con todos mis respetos, es única y exclusivamente de cara a la galería. No tiene ningún valor práctico real.

- ¿No pone a cubierto las sentencias que aún están por llegar sobre la RIC?

- No. Tendrían que haberlo hecho hace siete años. Ya hay varias sentencias del Tribunal Supremo en sentido contrario y por una resolución como la del Parlamento los tribunales de justicia no van a cambiar su criterio. La idea del Parlamento es para el futuro, pero no para corregir lo de atrás.

- ¿Es la RIC la única traba que encuentran?

- Están las quejas por las trabas administrativas y la falta de financiación.

- ¿Asesora a alguna empresa de Tenerife?

- Tengo algunos clientes, pero pocos y con todos el contacto lo he hecho aquí. El 95% de mi clientela es de Gran Canaria.

- Dicen los empresarios de aquí que en Tenerife hay menos trabas burocráticas.

- Sin haber visto ningún tipo de documento que lo pruebe, no les debe faltar razón. No puedo opinar sobre temas administrativos. Sí tengo un caso antiguo pero real. Mi padre, que se dedicaba al comercio, hizo unas importaciones directas y en Las Palmas todo eran problemas para poder levantar la mercancía. La enviamos a Tenerife y en 24 horas se resolvió el problema.

- ¿Hay diferencias en la inspección tributaria?

- A pesar de que la estructura de la inspección es regional y los criterios deben ser los mismos para todos, sí se notan diferencias; más hace unos años. Las inspecciones con actas de RIC tenían una gran rigurosidad en Las Palmas. Si a los cuatro años no tenías en funcionamiento la inversión, no valía. En Tenerife, si se ve que la inversión está hecha y se ha creado empleo, aunque te hayas pasado tres o cuatro meses se te admite. Es cierto que en los últimos tres años no he tenido ninguna experiencia en ese sentido.

- La inspección tributaria es potestad de la Administración central, ajena a pleitos.

- Me imagino que es cuestión de las personas. Unos reciben unas instrucciones y las cumplen al cien por cien y otros son menos rigurosos. Y yo creo que son más flexibles allí.

- ¿Y qué le dicen sobre los retrasos en los pagos de las administraciones?

- Los gobiernos tienen parte de culpa en que las empresas vayan a concurso. Ellos son los primeros que están pagando fuera de plazo. Sacan la ley de morosidad para obligar a las empresas y a sí mismos a pagar en determinados plazos para evitar los problemas de liquidez y son los primeros incumplidores. Es traba sobre traba.

- ¿Quién tiene la culpa de esta crisis?

- Por un lado, la banca, que conseguía dinero barato fuera y se volvió loca prestando sin atender a las garantías creyendo que el boom inmobiliario nunca iba a terminar. Por otro, el Gobierno, porque nunca tomó las medidas correspondientes y dejó que hubiera una especulación muy fuerte en el sector inmobiliario. La tercera pata somos los ciudadanos, que empezamos a vivir como si nos hubiéramos convertido en personas ricas.

- ¿Qué opinión le merecen las ayudas del Gobierno central a la banca?

- Se las dio, de manera errónea, para hacer frente a la deuda externa que tenía y la banca destinó todo el dinero a pagar esa deuda. El Gobierno tenía que haber obligado a emplear sólo una parte a eso y con el resto garantizar un nivel de préstamos al empresariado.

- ¿Y eso no es un error de la banca también? Pierde su principal negocio: prestar dinero.

- Lo poco que presta lo hace a personas con una solvencia garantizada y a unos tipos altísimos. Cuando el Banco Central Europeo (BCE) está prestando el dinero al 1%, la banca lo hace al 7% y al 8% en los créditos hipotecarios, y los créditos personales al 14%, 15% y hasta 17%. Esto raya la usura, pero es lo que tenemos.

- Queda la posibilidad de renegociar la deuda.

- La mitad del día se me va en eso. A veces son nuevos créditos, pero muy pocos. Al menos en eso sí entran los bancos, pero aprovechándose de la situación. Si te quedaban dos años para pagar, te suben el plazo a diez pero ya no te cobran el euríbor más un 1%, ahora lo suben al euríbor más el 4%.

- ¿Prestar a ese interés no es una forma de decir que no quieren darte el crédito?

- Es ponerte más trabas para que puedas levantar la cabeza. Es el ejemplo claro de lo que ocurre con Grecia. Cuando se le empieza a ayudar se le presta dinero al 20%, 30%, 40% y 50% de interés. Eso no es ayudar, es una forma de decir que aguante seis meses más y luego volver a machacarles. No lo va a poder devolver nunca. Si yo quiero ayudar, presto a un largo plazo con un tipo de interés bajo. Si no crees en un negocio, una empresa o una nación, lo mejor es dejar que se hundan.

- ¿Eso no es aplicable también a algunos bancos?

- Claro que sí. Hay bancos que tendrían que haber cerrado. Hay empresas que cierran y lo mismo debería pasar con las entidades financieras y los países. ¿No tienen remedio? Pues que quiebren.

- ¿Cree que va a ser una rémora tener gobiernos de distinto color aquí y en Madrid?

- Entiendo que no. Por ejemplo, en cuanto a la reforma del REF, a la Administración central le interesa llevar una buena negociación con Canarias. El PP no está en el Gobierno de Canarias, pero tendrá que defender su opinión ante los empresarios y electores de las Islas.

- ¿Y ese REF nuevo cómo debería ser?

- Algo básico es que debe resolver el mayor problema que tenemos en Canarias: el paro. ¿Cómo? Incentivando la creación de empleo con una rebaja en las cotizaciones de la Seguridad Social. A eso le añadiría unas ventajas de tipo tributario y para eso se puede utilizar la RIC o llamémoslo reserva para creación de empleo, da igual.

- ¿Ese incentivo no es también un coste para el Estado?

- Es el error de los gobiernos. Claro que supone un coste, pero hay un ingreso por Seguridad Social y un paro que no tiene que pagar. Además, la persona contratada tiene una mejor situación social, va a empezar a consumir y la cadena empezará a funcionar.

- ¿Qué más aspectos deben incluirse?

- Hay que ver el resto de los problemas que tiene Canarias. Por ejemplo, una planta turística obsoleta en determinadas zonas. Con esto que voy a decir a lo mejor algunos clientes me cortan la cabeza, pero hablo como ciudadano. La construcción de un nuevo hotel la incentivaría poco y lo haría mucho más con la reforma de la planta turística. No me refiero solo a ventajas fiscales, sino de todo tipo: que los permisos se den con rapidez, que el terreno no se pueda disparar de precio.

- ¿Por qué el modelo de REF tiene que estar vigente durante largos periodos de tiempo?

- Eso hay que cambiarlo. Lo reformamos a siete o diez años vista y a lo mejor resulta que tenemos suerte y dentro de tres años está resuelto el problema del paro. Tenemos que tener la suficiente fuerza jurídica para, a partir de un momento, quitar los incentivos que han servido para solucionar un problema y destinarlos a otro distinto.

- ¿Se puede cumplir con el déficit y mantener los servicios sin subir los impuestos?

- Va a ser muy difícil, por no decir imposible.

- Rajoy dijo en campaña que no los subiría.

- Va a tener que subirlos, no le queda más remedio. Otra cosa es que suba algunos e intente moderar otros.

- ¿Cree que el acuerdo para reformar los tratados europeos será por fin la solución?

- Es un paso, pero no creo que sea la solución definitiva. Hay que dar otro. Por ejemplo, otorgando más autonomía al BCE para que pueda comprar deuda y para que pueda emitir eurobonos.

- ¿Bastaría para acabar con los ataques de los mercados?

- Eso podría dar confianza. El acuerdo del viernes de la semana pasada sirvió para que subieran dos días las bolsas y luego se vinieron otra vez abajo. Da la sensación de que las agencias de rating mandan en el mundo entero. Eso también es regulable, porque no tiene sentido que hagamos caso ciego a esas agencias.

- ¿Y qué propone?

- Deberían pasar auditorías porque están cometiendo a veces disparates.

- ¿Cree que hay países que pueden abandonar el euro?

- Posible es, pero no lo creo. Serían muchos más los perjuicios que si nos quedamos aunque sea apretándonos más el cinturón.