Varios de los imputados reconocen pagos a funcionarios en la Aduana

Un empresario y un agente transitario declararon ante la Guardia Civil la existencia de supuestos sobornos para sacar la mercancía

Borja Valcarce las palmas de gran canaria

Varias de las personas imputadas en la presunta trama de corrupción en la Aduana de Las Palmas reconocieron en sus declaraciones ante los agentes de la Guardia Civil que habían realizado pagos a funcionarios de Vigilancia Aduanera para que les permitiesen pasar mercancía ilegal o les ayudasen a agilizar la tramitación de la documentación y el paso de los contenedores por los controles.

Los miembros de la Benemérita tomaron declaración a las personas detenidas por su presunta participación en el caso de corrupción aduanera que mantiene imputadas a quince personas, entre funcionarios, agentes de aduanas, empresarios y abogados, por la comisión de supuestos delitos contra la propiedad industrial, cohecho o tráfico de influencias y que se investiga bajo la dirección del titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, Tomás Martín.

Uno de los tres empresarios implicados en el caso, Shashi N. K., aseguró ante dos miembros de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil y de su abogado, que había "pagado dinero" al funcionario Mario H. S. para que le sacase mercancía supuestamente ilegal de la aduana. Shashi reconoció que el "único objeto ilícito" que había traído era "la figura del diablo de Timanfaya", un objeto típico de Lanzarote cuyos derechos pertenecen a la fundación César Manrique y que fueron encontrados por los investigadores junto a otros productos con una marca registrada como Love Gran Canaria o los ídolos de Tara.

El empresario, que se dedica a la importación mayorista de artículos de regalo, artesanía y recuerdos típicos, explicó durante el interrogatorio que conoció a Mario gracias a otro abogado suyo, el también imputado Juan Manuel G. C., quien le comentó "que si algún día tenía problemas para retirar alguna mercancía de la aduana, él mismo conocía a una persona que podía ayudarle" y le advirtió que, en caso de precisar sus favores, debería "pagar dinero".

Otra persona encartada, el agente transitario Alejandro G. A., declaró que "había tratado el pago de 150 euros a Mario a cambio de que fuera a realizar una inspección de una mercancía a la compañía de Hilario", otro de los empresarios imputados. Asimismo, explicó que los presuntos sobornos en los que mediaba eran "para agilizar el trabajo" y que creía "que no eran algo habitual" en su gremio.

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