El Gobierno elevará al máximo el gravamen sobre las prospecciones y extracción de petróleo. El objetivo, según apuntó ayer el portavoz del Ejecutivo, Martín Marrero, es que "la norma tributaria sea de tal rango que haga absolutamente disuasorio efectuar los sondeos. Es decir, que ninguna compañía pudiese estar interesada en seguir adelante" en la búsqueda de hidrocarburos en aguas de las Islas.

Para ello el Ejecutivo quiere "la máxima celeridad". Distintas fuentes apuntan que la proposición de ley que los grupos parlamentarios del Pacto -CC y PSOE- llevarán a la Cámara regional a la próxima semana está casi terminada a falta, precisamente, de determinar cuál será el tipo impositivo que se aplique. "Será el más alto posible", señalan, "pero lo que intentamos establecer ahora es cuánto, porque tampoco queremos que se convierta en algo totalmente inviable a efectos fiscales".

Es una decisión política, advierten las mismas fuentes, que en cualquier caso se tomará en función de la resolución que apruebe el próximo martes el Parlamento regional, tras el debate de la comunicación enviada por el Consejo de Gobierno y que dará lugar, precisamente, a la presentación de la proposición de ley por parte de nacionalistas y socialistas.

En la comunicación, el Ejecutivo expresa su posición contraria a la reactivación de los permisos otorgados a Repsol en 2001 y suspendidos tres años después por el Tribunal Supremo, advierte que no "cejará" en defender su marco institucional y competencial y anuncia su intención de iniciar una batalla en varios frentes judiciales.

El Gobierno, subrayó Marrero, está resuelto a impedir "frontalmente", y "con todas las herramientas jurídicas y legales a su alcance", que el Ministerio de Industria y Energía dé de nuevo luz verde a las prospecciones "en las narices de Lanzarote y Fuerteventura".

Esa, precisamente, es la postura que el presidente canario, Paulino Rivero, transmitirá el martes al máximo representante de Repsol durante la reunión que mantengan en Santa Cruz de Tenerife. Antonio Brufau llega a las Islas -después de que el mandatario regional se negara a trasladarse a Madrid- conociendo ya la posición inamovible de Canarias, pero con la intención de explicar, de una parte, cuál es la potencialidad de hallar hidrocarburos y, de otra, con qué garantías medioambientales y tecnológicas se realizarían los trabajos.