El negocio del petróleo dejaría en las Islas 3.806 millones de euros de inversión durante los próximos 20 años, según los cálculos de Repsol. La compañía petrolera estima que en torno al 35% del total del coste del proyecto -entre 9.500 y 9.900 millones de euros- redunde directamente en el tejido económico del Archipiélago.

Los datos parten de un trabajo teórico elaborado para un escenario que confirme la duración de la actividad extractiva para los mencionados veinte años.

La mayor parte de la inversión en Canarias -el 70%- se contempla para la fase de producción, en la que llegarían a las Islas 2.750 millones de euros para liquidar conceptos tales como el personal que trabaje en los pozos, las labores de mantenimiento, la logística y el trabajo administrativo.

En el proyecto se incluye que el 95% del dinero destinado al personal de las explotaciones se quede en el Archipiélago. Eso supone que durante ese tiempo la compañía dispondrá de una bolsa de 507 millones de euros para contratar personal canario. De hecho, el planteamiento inicial pasa por que la tripulación sea local al cien por cien, quedando el 5% restante para pagar a los trabajadores más especializados.

Antes de llegar a ese escenario supuesto de veinte pozos de petróleo funcionando a pleno rendimiento, se desarrollarán los trabajos de exploración y desarrollo. Los primeros, que tendrán una duración aproximada de dos años, dejarán en las Islas alrededor de 42 millones de euros, el 15% de la inversión bruta prevista por la compañía para este tramo. La logística, en sentido amplio -barcos de apoyo, catering-, serán el destino principal de la inversión en esta fase.

Concluida la fase exploratoria, el proyecto entrará en la de desarrollo. En ella, el Archipiélago notará la llegada de 1.015 millones de euros, de los 5.350 que prevé la petrolera española. Es decir, el 19% de la inversión total para perforar el subsuelo marino e instalar la infraestructura necesaria para la explotación, se quedará en las Islas.

En este tramo seguirá la logística como uno de los principales receptores del negocio, se incorporarán los servicios especializados de ingeniería y hasta se contempla la construcción del casco del buque extractor en un astillero canario; con un coste de 435 millones de euros, el más elevado de esta fase.

Dejar la instalación preparada para comenzar a sacar crudo del subsuelo marino canario pasa por la perforación de veinte pozos productores, más otros cinco. Por tres de estos últimos se inyecta el agua necesaria para el proceso de extracción, por los dos restantes se envía gas.